"Todos los LUNES compartiendo mis sueños y pensamientos contigo"

martes, 18 de marzo de 2008

Viaje a SEVILLA


Son las 4:48 a.m. de un reciente viernes y 3 nerviosas chicas se disponen a subir en el autobús que les llevará hasta Sevilla. Arriba las espera la 4ª amiga. Ya están todas juntas, preparadas para la gran aventura. A todos los jóvenes del vehículo se les ve cansados, excepto a los dos pesados que se sientan, cómo no, detrás de Alba y de mí; pero, tras dos largas horas, los dos chicos, con el chíquili para arriba y chíquili para abajo, se han quedado dormidos, permitiendo así que todos los demás puedan descansar de forma más placentera.

Parece que el momento nunca llegaría pero sí; por fin lo podemos decir: son las 11 de la mañana y ya estamos entrando en la preciosa capital sevillana. Todo se ve tan diferente, tan especial... Desde nuestra habitación podemos ver parte de la Plaza de España. Estamos en un lugar de lujo.

Vamos paseando poco a poco, contemplando todo lo que nos rodea. Las distancias son más cortas de lo que nos habíamos imaginado y, por eso, después de comer nos concedemos el gusto de poder tirarnos en el césped que hay a la orilla del río Guadalquivir. Con los ojos cerrados, escuchamos el hermoso y encantador acento sevillano que nos hace desear trasladarnos a vivir allí. Además, cerca de este lugar se encuentra la redacción de "El Diario de Sevilla"... ¡ya tenemos un lugar en el que intentar trabajar!. Cuando al fin nos sentimos con fuerzas para seguir, con gran sorpresa nos encontramos con mucha gente de nuestra edad que va por la calle. Y es que claro, con el día tan hermoso y caluroso que hace, sería un crimen quedarse encerrado entre 4 paredes.

Al día siguiente, nos espera el Parque de los Príncipes, con esa vegetación tan extraordinaria que te hace creer estar en un mundo de ensueño. Tras esto, seguimos recorriendo despacito pero sin pérdida de tiempo toda Sevilla, rodeadas de ese arte andaluz y esa simpatía que a mí personalmente me hace dudar en la posibilidad de que sean capaces de enfadarse de verdad. Todos, absolutamente todos con los que nos cruzamos, muestran una amabilidad con nosotras impresionante. Hasta en el autobús, todos están pendientes de nosotras para que nos bajemos en la parada correcta.

Después de una noche entera de discoteca en discoteca, conseguimos levantarnos el domingo antes de las 12 para abandonar la habitación y ver lo único que nos falta y lo más importante: la Catedral con su imponente Giralda. Después, mientras nos dirigimos hacia la puerta del hotel para esperar al autobús que nos llevará de regreso a Murcia (a la Región de Murcia, perdón, que no quiero que la cartagenera se enfade), nos cruzamos con una de las personalidades más famosas e importantes que Sevilla nos ha dado: nuestro querido "Paquirrín" (¡qué hermoso que es!), acompañado de una "rubia".




Ha sido un viaje muy corto, pero también muy intenso. Compartirlo con vosotras 3 ha hecho que sea más especial e importante para mí y que cada segundo vivido siempre lo recuerde con gran cariño y felicidad.

Espero de todo corazón que este viaje sea el inicio de una larga lista... y estoy segura de que así será y que conseguiremos que en esas ocasiones las que no nos han podido acompañar también lo hagan.

Muchos besos a todas, mis niñas.

miércoles, 12 de marzo de 2008

CARTA A MI HERMANO AUTISTA




Querido hermano mío:

Sólo querría expresarte, por medio de estas palabras, el profundo afecto y amor que siento hacia ti o, por lo menos, parte de él, ya que ésto se demuestra con hechos.


Me gustaría darte las gracias por ser mi hermano, por formar parte de mí, por quererme como sé que me quieres (porque, como ya he dicho anteriormente, los hechos son los que demuestran el cariño). Tus miradas, tus sonrisas, tus gestos... me hacen entender tu forma de comunicarte, ya que no sabes hacerlo con palabras.

También me gustaría pedirte perdón por los momentos en que la angustia y la desesperación han hecho que me enfade contigo, cuando en realidad tú eres la gran víctima de todo lo que te está pasando. Sólo necesitas que te demostremos que estamos a tu lado y que nunca te vamos a fallar. Lo mismo que haces tú, que no soportas vernos llorar e intentas limpiarnos las lágrimas, como si te sintieras culpable... ¿cómo puedes pensar eso?. Tú, el gran inocente y el niño de mi corazón.


La vida te ha jugado una mala pasada... nos ha jugado una gran mala pasada, pero yo sé que en el fondo eres feliz, porque se te ilumina la cara cada vez que alguien te abraza y te da besos, porque sabes que eres un trocito de pan que sólo merece el cariño de la gente. Yo, como buena creyente, sé que cuando dentro de muchísimos años tengamos que rendirle cuentas a Dios, él te convertirá en el ángel más querido y admirado por todos. Mientras tanto, soy yo la que te ve así, por lo orgullosa que estoy de tener un hermano como tú.

sábado, 8 de marzo de 2008