Parecía que nunca sucedería. Después de meses y
meses de expectativas con el casting, con el rodaje, con los detalles de la
adaptación cinematográfica de la trilogía… Ya ha llegado a los cines la primera
entrega de ’50 sombras’… (cómo no, batiendo todos los récords de taquilla y,
cómo no, acompañada de un aluvión de críticas nada positivas).
¿Pero es que acaso alguien esperaba algo más? ¿Hay algún alma cándida que creyera que se iba a encontrar con una obra maestra? ¿Merecedora de no sé cuántas nominaciones a los Oscar? Pues claro que no. Y tanta hipocresía me pone enferma.
¿Pero es que acaso alguien esperaba algo más? ¿Hay algún alma cándida que creyera que se iba a encontrar con una obra maestra? ¿Merecedora de no sé cuántas nominaciones a los Oscar? Pues claro que no. Y tanta hipocresía me pone enferma.
La gente indignada tacha a la película de esto y de
aquello, como si desde un principio hubieran esperado algo más de lo que, en
realidad, esta ¿obra? se merece. Porque de un best-seller en el que la calidad
literaria brilla por su ausencia, ha salido una película del montón (porque sí,
podría haber sido mucho peor). Así que E.L. James debería dar las gracias.
Porque la adaptación a la gran pantalla suaviza y dulcifica la idea
descabellada que esta ama de casa con ínfulas de escritora considera lo que es
un hombre perfecto que cubra las fantasías de cualquier mujer.
Porque a mí ya me puede venir Grey, Dorman o Brad
Pitt en persona que si se pone a decirme lo que tengo que hacer, cómo tengo que
vestir, lo que tengo que comer y con quién me tengo que relacionar… lo dejo
encerrado a solas en su cuarto de juegos para que se entretenga él solito con
todo lo que tiene ahí metido.
Y ¡ojo! Que no me meto con sus gustos. Que cada uno
en su cama (o en donde quiera) puede hacer lo que le plazca. Pero ¿qué sentido
tenemos del romanticismo, o incluso simplemente de la sensualidad, si
permitimos que un tío rico y manipulador te haga regalitos carísimos cada vez
que te desnudas y dejas que te haga lo que quiera? A mí se me quitarían las
ganas de tener intimidad con él. Y encima, si en lugar de eso el ricachón le
regalara dinero, esto parecería una versión de Pretty Woman a lo cutre.
Pero no, en la versión dulcificada parece otra
película romántica para adolescentes más que intenta disfrazarse de cinta ¿erótica?
Pretende ser un ‘9 semanas y media’ y no llega ni a ‘Crepúsculo’ (aunque, al
menos, el actor es mucho más apetecible de mirar que Robert Pattinson… y de que
te mire).
Pero que no nos engañen: aunque la chica se pase
más de la mitad de la película desnuda y el actor esté ‘para entrar a vivir’
(últimamente oigo mucho esta expresión y no he podido resistirme), esta pareja
tiene más poca química que en lugar de pasión parecen sentir sufrimiento. Será
a lo mejor por eso que les gusta el sado.
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