¡Qué
fácil es todo cuando eres pequeño! Con una pregunta muy sencilla, podías ser
siempre el amo del recreo... o del parque. Esa pregunta que parece tener una
respuesta tan fácil. Una frase que nadie ha inventado hoy, que existe desde el
principio de los tiempos. Sí, todo muy fácil. ¿Quieres ser mi amigo?
Pero
las cosas cambian cuando crecemos. Nos complicamos la vida y, ahora, las frases
y las preguntas que antes eran tan sencillas ya, directamente, nos da miedo
hacerlas. ¿Por qué? ¿Qué es lo que hace que la vida, de un día para otro, sea
tan diferente?
Muchas
puedes ser las razones. Podríamos estar días elucubrando sobre el tema. Pero,
lo que está claro es que también tiene que ver con el hecho de que al hacerte
mayor, las respuestas de los demás parecen importarte más. O simplemente no
quieres decir algo sin pensar y luego arrepentirte porque las implicaciones son
diferentes.
Porque
cuando eres pequeño, ¿qué significa la amistad? Cuando un niño le pregunta a
otro si quiere ser su amigo, solamente le está pidiendo que sea su compañero de
juegos en el tiempo libre en el colegio o en la guardería; o en el parque, al
que te llevan de vez en cuando tus padres o tus cuidadores para que pases el
tiempo en los columpios o en los toboganes. Por eso y en el peor de los casos,
si la respuesta de la otra persona es que 'no', te conformas con entretenerte
tú mismo, en tu soledad, inventando amigos imaginarios o hablando solo. Porque
tampoco necesitas a nadie que te escuche.
Pero
todo cambia cuando creces. Al madurar ya no vas al parque a jugar ni a
inventarte historias ni a escucharte a ti mismo. La edad hace que ahora ya sí
necesites a otra persona a la que escuchar, que te oiga, que te dé consejos.
Necesitas ese o esa confidente con la que sentir que sois almas gemelas, que
tenéis algo en común.
Eso
hace que ya la respuesta negativa te importe más porque la pregunta encerraba
muchas otras cosas. Estás preguntando que si esa otra persona quiere ser parte
de tu vida, compartir tus mejores y peores momentos. Por eso y para no
exponerte demasiado... mejor no hacer preguntas ¿o no?
2 comentarios:
A mi me pasó cuando estudiaba segundo de derecho. Una compañera (hoy amiga) que llegaba nueva a mi clase, una vez empezado el curso, se me acercó y me preguntó si quería ser su amiga. A mi me hizo gracia que me hiciera esa pregunta porque la veía propia del parque, de la guardería, del colegio; le dije que sí, y así fue. La invité a mi boda, me invitó a la suya, nos visitamos al nacer nuestros hijos ...
Pues sí que es raro que pase algo así, Nany, pero enhorabuena por conseguirlo.
Un beso grande y muchas gracias por el comentario.
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