"Todos los LUNES compartiendo mis sueños y pensamientos contigo"

lunes, 14 de diciembre de 2009

ZAKOPANE: DESPEDIDA ANTES DE NAVIDAD

Ya ha pasado mi último fin de semana del año 2009 en Polonia. Pensar en ello hace que sienta un poco de añoranza ante la idea de que el tiempo pasa demasiado deprisa cuando estás viviendo experiencias inolvidables. Pronto terminará mi Erasmus. Mientras que muchos de mis amigos se quedan aquí todo el curso, yo acabo mis 'estudios Erasmus' en menos de 3 meses... en mucho menos. Y, encima, las vacaciones de Navidad me acortan mi tiempo en Polonia. No, me niego a pensar en el futuro porque, si lo hago, no puedo disfrutar del presente. Y eso es lo último que quiero.


Este fin de semana he estado en la nieve. Una nieve que plagaba la ciudad polaca de Zakopane. El viernes, cuando llegamos, comenzó a nevar tímidamente, de forma que por la noche tan sólo había una capa de hielo que hacía que nos resbaláramos y que nos costó unas cuantas caídas al suelo entre risas y empujones. El sábado, sin embargo, todo era ya blanco. Mientras andábamos, sentíamos el crujir de la nieve en las plantas de nuestras botas de pre-esquí. Ya no nos resbalábamos: ahora nos quedábamos pegados en el suelo como si se tratasen de arenas movedizas ya que, con cada paso, se enterraban nuestros pies unos cuantos centímetros. El domingo, algunos decidieron tirarse en trineo. Subimos a la montaña a disfrutar de ese paisaje tan inmaculado. Tan frío. Y tan especial.

Ha sido un gran fin de semana. El mejor que podía tener antes de volver a Murcia durante dos semanas. Dos semanas que se me van a hacer interminables porque voy a echar tanto de menos esto... Pero no pienso en ello. No quiero pensar en ello. Prefiero pensar que van a ser dos semanas en las que me voy a reencontrar con mis seres queridos, con mi tierra y con las comodidades de estar en casa de nuevo. En menos que canta un gallo estaré de nuevo aquí, con mi frío, mi nieve, mis compañeros y/o amigos Erasmus, con mis fiestas, con mis clases en inglés. Ahora tan sólo me queda disfrutar de estos tres días que me quedan antes de regresar. Te voy a echar tanto de menos, Wroclaw... no te puedes hacer ni una idea.

lunes, 7 de diciembre de 2009

EL PERRO DEL HORTELANO

En estos momentos me gustaría hablar con Lope de Vega para preguntarle qué le inspiró a realizar esta obra, si sabía que su creación no se quedaría tan sólo en una historia más dentro del teatro español ni en un dicho que muchos a veces repetimos sin pararnos a pensar detenidamente en el significado que encierra.

“Eres como el perro del hortelano. Ni comes ni dejas comer”. ¿Cuántas veces habremos dicho o nos habrán dicho ese refrán? ¿En cuántas situaciones diferentes podrá ser empleado? ¿Y hasta qué punto esto es verdad?

Sí, siempre alguna vez somos y seremos el perro del hortelano. Tenemos noticias de alguien de quien no sabíamos hace tiempo y descubrimos que su vida está mucho mejor que la última vez que lo vimos. Un antiguo amor, por ejemplo, ha rehecho su vida con otra persona diferente y descubres, sin que te haga mucha gracia, que no es algo que te alegre demasiado. ¿Por qué te molesta? No pueden ser celos, porque hace años que te olvidaste hasta de la existencia de dicha persona; y tampoco puede ser envidia, porque tu vida incluso está mucho mejor que la suya. ¿Entonces? ¿Qué turbios sentimientos son los que te atormentan?

Puede que volver a saber de esa persona te haga pensar en el pasado y que te obligue a replantearte muchas cosas. ¿Hice bien en elegir este camino y desechar este otro? ¿Cómo hubiese sido mi vida si hubiera pensado en ese momento de otra manera? ¿Si ahora se me volviera a plantear la opción de elegir qué sería lo que haría?

Sí, definitivamente todos somos como el perro del hortelano. No comemos ni dejamos comer porque la comida, si se queda en el plato, siempre podremos usarla cuando nos apetezca pero si nos la quitan, nuestra oportunidad de comer pasará de largo para siempre.