"Todos los LUNES compartiendo mis sueños y pensamientos contigo"

miércoles, 18 de noviembre de 2009

LA CIUDAD DE 'LA RUTA DE LOS DUENDES'

Wroclaw (más conocida en castellano como Breslavia) es una región situada al suroeste de Polonia. Su fama no se debe solamente a ser la cuarta ciudad más grande del país ni a albergar una importante universidad. Tampoco se debe a que los más de 50 puentes que unen las pequeñas islas de distintos estilos consigan que se la conozca popularmente como ‘la Venecia de Polonia’. Una divertida tradición, que apenas cuenta con una década de tiempo, la convierte en una ciudad especial. La ruta de los duendes es un acontecimiento que a todo el mundo le gusta realizar siempre y cuando se quede el suficiente tiempo en la ciudad como para poder hacerla.

Los pequeños duendes de bronce que se encuentran, en su mayoría, en el casco antiguo de Wroclaw, se han consolidado como un símbolo de la ciudad. Todos los turistas que llegan y se enteran de esta ‘curiosa plaga’ se quieren unir al juego de encontrarlos a todos. El problema es que, aunque ya existen mapas que puedes comprar por tan sólo 6 zlotys (aproximadamente 1 euro y medio) y que te indican dónde se hallan 30 de dichos duendes, es imposible localizarlos en su totalidad. Y es que, la velocidad con que brotan dichas esculturas impide saber el número exacto de duendes que salpican las calles de esta enigmática ciudad polaca.

ORIGEN HISTÓRICO DE ESTA TRADICIÓN

La Alternativa Naranja fue un movimiento contestatario (famoso en los años 80) que surgió como protesta, forzosamente tímida pero imaginativa, contra la declaración de la ley marcial en Polonia y el absolutismo comunista. Cientos de ciudadanos se manifestaban paseando su muda reclamación de democracia, vestidos con ropa de color naranja y teniendo como símbolo un duende.

El periodo de ley marcial en Polonia (1981-1983) tuvo lugar cuando el gobierno de la República Democrática restringió drásticamente la vida normal. La frase en polaco es “Stan Wojenny” (“estado de guerra”). Aunque el país permaneció en paz durante este periodo, los movimientos democráticos fueron prohibidos y sus líderes, encarcelados. La ley marcial fue la causa de un gran número de muertes. Sus responsables hablaron de una docena de víctimas mortales aproximadamente, pero una comisión parlamentaria entre 1989 y 1991 arrojó unas estadísticas de unas 90 muertes. La ley marcial tuvo también consecuencias económicas negativas. Fue establecida una “reforma económica” que se sumó a un gran aumento de precios, como resultado de que los ingresos de la población cayesen considerablemente. Tras la caída del comunismo en Polonia en 1989, se determinó que la ley marcial había sido declarada en una clara violación de la constitución polaca. Por todo ello, no sorprende en absoluto que esta dinámica capital haya hecho de los duendes su ejemplo y estandarte.

Wroclaw, en recuerdo y homenaje a aquel movimiento anticomunista, ha salpicado su geografía con estos minúsculos monumentos.

martes, 10 de noviembre de 2009

TE DESEO… ODIAR

Odio que me trates como si no hubiese pasado nada delante de la gente.
Odio que no seas capaz de hablar conmigo del tema.
Odio que finjas que no te importa.
Odio no poder odiarte.

Desearía poder odiar cada vez que te veo.
Desearía poder odiar cada vez que nuestras miradas se cruzan.
Desearía poder odiar cada vez que noto cómo me miras cuando crees que no te veo.
Desearía poder odiar cada vez que te pones nervioso cuando, sin querer, nos quedamos el uno junto al otro.



Desearía dejar de desearte
Desearía poder odiarte

miércoles, 4 de noviembre de 2009

NOCHE BLANCA

3 de noviembre. 11 de la noche. Me informan de que se ha puesto a nevar. ¿Nevar?. ¿Seguro que no es agua-nieve unicamente?. No, Lau, no. Estamos a -2ºC. ¡Por supuesto que está nevando!. Asómate al balcón y lo verás.

Y yo, obediente, abro la ventana, aún a riesgo de morir congelada. Congelada como el agua que veo volar por el aire. Saco la mano un segundo y compruebo que cae a ella cinco puntitos blancos.

Emocionados, bajamos a la calle, creyendo que ya podremos jugar con la nieve y hacer muñequitos. Pero la lluvia es escasa. Y en el suelo la nieve no llega a cuajar todavía. Muerta de frío, subo corriendo de nuevo a mi habitación. Otro día será. Sobre todo, viviendo en Wroclaw.

Pasan las horas y se hacen las 4 de la mañana. Y me levanto para correr la transparente cortina. ¡Cómo si sirviese de algo!. En el último momento me detengo. El paisaje es totalmente diferente al que antes había visto. Mejor dicho, diferente a todo lo que yo he visto en mi vida. Es lo que tiene vivir en una ciudad tan calurosa como Murcia. La repisa del balcón se ha vuelto blanca, los coches están cubiertos por una gruesa capa de nieve y la carretera se ha vuelto bicolor...