"Todos los LUNES compartiendo mis sueños y pensamientos contigo"

sábado, 28 de febrero de 2009

CORAZAS-BARRERAS-MUROS

Te he descubierto. Te ocultas entre esa coraza, ese rol que te has auto-impuesto para hacerle creer al mundo que te rodea que eres otra persona.

Pero a mí no me engañas. He encontrado el escondite de esa mirada bondadosa, tranquila, sosegada, serena… cariñosa. Yendo de persona dura te has puesto unas barreras que creías impenetrables, imposibles de romper, levantadas para defenderte de cualquier enemigo que intentara terminar con tu farsa y que quisiera exponerte al mundo cruel y sin sentido en el que crees que estamos.


Pero el tiempo ha debilitado tus medidas de seguridad y ahora te muestras como una persona indefensa ante mis ojos. Tu actitud seria y distante ha perdido frente a esa sonrisa que te ilumina la cara y te hace ser una persona completamente nueva. Y esos ojos brillantes que únicamente muestran una sincera preocupación y cariño por tus más allegados. Tu risa, tan desconocida para muchos, ha sonado mientras hablábamos y todo ha sido como un soplo de aire fresco; era una risa contagiosa, pero no podía reírme contigo. Había que disfrutar de esa risa tan preciosa tuya porque no se sabía cuándo volverías a regalármela.

Fuiste capaz de “correr el riesgo” de dejar que tu burbuja infranqueable desapareciera temporalmente para dejarme paso, tan sólo para darnos un alegre y amistoso abrazo que, aunque duró escasos segundos, lo sentí como si hubiese durado una eternidad y lo llevaré siempre conmigo. Todos pensaban que eras una persona fría y sin sentimientos, que no demostrabas ningún tipo de emoción ante nada, pero la realidad era que habías tenido tantos desengaños con la vida que ya no creías tener más fuerzas para enfrentarte a ella.

Pero no todo han sido alegrías… también has llorado. Eso fue en el momento en el que tus defensas estaban más bajas, cuando no aguantabas más la presión de fingir ser quien no eres. Cuando te diste cuenta de que los problemas que te plantea la vida no se solucionan intentando aislarte de ella. Al principio, sólo una lágrima se desbordó de tu ojo izquierdo y fue a parar a tu mejilla; pero terminaste sucumbiendo a la realidad, aprendiste que la vida es demasiado corta como para amargarte encima con comportamientos así, que mostrarse tal y como uno es no significa ser débil.

Descubriste que el amor de los amigos, de la familia, de las parejas… o que cualquier otro tipo de amor sirve para demostrarte que la vida sí que tiene sentido.

sábado, 21 de febrero de 2009

IMPOTENCIA

El otro día mi madre iba por la calle tranquilamente y cogió el móvil para llamarme. Habíamos quedado y quería saber cuánto me quedaba para llegar. Cuando esperaba a que sonara el primer tono, un individuo se acercó por su espalda y le arrancó con violencia el teléfono de la mano, dándose a la fuga. El tipo, en su huída, se cruzó con una chica en la acera (que lo único que hizo fue apartarse para dejarlo que siguiera su carrera) y en la esquina se montó en su bici; había un coche atravesado y una pareja hablando (que hicieron exactamente lo mismo que la chica, es decir, mirar y no hacer nada)... y el delincuente desapareció por la plaza de la Universidad hacia el archiconocido barrio de La Fama.

Las dos horas posteriores en la Comisaría fueron como en las pelis, pero esa no es la cuestión ahora, lo que hoy quiero decir es que, en situaciones así siempre te planteas… “pues yo hubiese hecho esto”, “yo hubiese hecho esto otro”… sobre todo cuando es alguien a quien quieres la persona que ha tenido que pasar por ese mal trago, esa impotencia de ver que se te escapa el ladrón y que no puedes hacer nada para evitarlo; y que son las tres de la tarde, la calle está llena de gente y nadie es capaz de ayudarte… ¡hasta uno te pone mala cara cuando le pides que te deje su móvil para hacer una llamada de aviso!.

Pero sí, es así. No somos súper héroes. No vamos a arriesgar la vida por alguien a quien ni siquiera conocemos. Por ello, estamos solos en el mundo, y la única defensa que tenemos es la nuestra propia y la de las personas que te quieren lo suficiente como para correr un riesgo tan importante por ti (a no ser que el miedo los bloquee en dicha situación).

Profesores Neiras no hay muchos (y, conociendo su caso, serlo no mereció la pena).

sábado, 7 de febrero de 2009

BENJAMIN BUTTON

Todos tenemos miedo a la senectud, a vernos convertidos poco a poco en personas con arrugas, patas de gallo, piel flácida, personas sin ningún atractivo físico… por eso nació la cirugía estética. La ciencia le da la oportunidad de evitarlo a todo aquel que quiere, permite hacer que se siga siendo joven toda la vida, para poder ser perfectos, para no aceptar el paso del tiempo, para no querer comprender que el reloj hace que los segundos, minutos, horas… pasen y pasen sin que podamos detenerlo, aunque intentemos frenarlo.
Todos lo hemos pensado alguna vez: deberíamos nacer viejos y terminar muriendo siendo jóvenes. Pero… ¿y si sucediera de verdad?, ¿qué ocurriría si nos pasara como a Brad Pitt (o, mejor dicho, Benjamin Button)?. ¿Y si las agujas del reloj en lugar de girar de izquierda a derecha lo hicieran en sentido contrario?: nacer con artritis y lleno de arrugas, aprender a andar cuando deberías empezar a dejar de hacerlo, tener la apariencia de un abuelo adorable mientras que, en el fondo, tienes la inocencia de alguien que nunca ha tenido relaciones con nadie, aparentar ser un respetable hombre maduro cuando no sabes nada de la vida, parecer un adolescente cuando llevas toda una vida de experiencias y vivencias, tener demencia senil cuando físicamente tienes unos 10 años, morir de bebé mientras te acunan para dormirte… Si lo pensamos bien, es inconcebible.

Como dice uno de los trailers de la película: “la vida sólo puede entenderse yendo hacia atrás, pero debe vivirse hacia delante”. Sobre todo, cuando tú eres el único que tiene su reloj corriendo en sentido contrario, cuando andas por tu camino en sentido opuesto a todos los demás, haciendo con ello que sólo puedas encontrarte con quien de verdad quieres en un punto concreto de tu vida para luego tener que separaros de nuevo, sin volver la vista atrás.

Benjamin Button puede ser considerado por muchos alguien a quien envidiar, sobre todo cuando poco a poco y mientras pasan los minutos de la película, Brad Pitt se va volviendo más y más atractivo, guapo, joven… haciendo que las chicas que están en el cine no puedan evitar suspiros y exclamaciones de sorpresa y… llamémoslo “admiración”. Pero, al final de sus días, Benjamin tiene una "vejez" que nadie debería experimentar jamás.
De la misma forma que, como dicen en la película, es ley de vida que la gente a la que queremos muera para que con su muerte comprendamos lo importante que son para nosotros, es ley de vida envejecer, por mucho que nos cueste aceptarlo.