“No es malo tener miedo; pero no podemos permitir que el miedo gobierne nuestra vida porque, si lo hacemos, dejamos de tener vida y pasamos, únicamente, a tener miedo”. Esta frase la oí hace algún tiempo en alguna película o serie de la tele y me hizo pensar.
Muchas veces dejamos que el miedo nos paralice y no nos deje seguir hacia delante. Dejamos que el miedo nos ciegue y no nos permita ver que existen otras cosas esperándonos, otras cosas buenas que están a punto de suceder para compensarnos por las malas. El miedo, en ocasiones, no nos deja darnos cuenta de que no siempre vamos a tropezar en la misma piedra. Que no todo lo malo de este mundo nos tiene que pasar a nosotros. Que no todo el mundo es tan rastrero como esas personas que nos han hecho daño. Y es que muchas veces somos como ese niño que tiene como mayor diversión subirse a un árbol hasta que un día se cae y, por el susto y por el daño que se hace, decide no volver a hacerlo.
Hay que despertar a la realidad y darnos cuenta de que nuestra vida es un constante viaje en un tren. En dicho viaje hay muchas paradas donde tienen que bajar algunas de las personas que tenemos a nuestro lado. Pero, por suerte, nuevas caras suben las escalerillas para ocupar algunos de los asientos vacíos. A veces, también, ciertas partes del tren están a oscuras y no apreciamos a primera vista que en esas zonas también existe gente. Gente a la que consigues ver gracias a que un movimiento accidental los delata o gente que, a lo mejor, se queda escondida para aparecer como súper héroes a tu rescate cuando de verdad los necesites. Una vez que lo hagan, se quedarán a tu lado hasta el final del viaje, pase lo que pase.
Ya sé que no es fácil. Nadie dijo que lo fuera. Pero, al fin y al cabo, en eso consiste la vida. John Lennon dijo una vez que la vida es aquello que te ocurre mientras estás ocupado haciendo otros planes. Y tenía razón. Mientras nos ocupamos en conseguir respuestas, en pensar sobre lo que queremos para nuestro futuro, en dudar sobre si esos a quienes consideras tus amigos de verdad te quieren... la vida pasa. Y estamos tan ocupados pensando en otras cosas que no podemos disfrutar de las cosas buenas que estamos viviendo. Y no puedes dejar nunca que un suceso aislado negativo pueda acabar con tantísimos detalles y vivencias positivas. Este es tu momento. Aprovéchalo junto a las personas que de verdad merecen la pena.
Muchas veces dejamos que el miedo nos paralice y no nos deje seguir hacia delante. Dejamos que el miedo nos ciegue y no nos permita ver que existen otras cosas esperándonos, otras cosas buenas que están a punto de suceder para compensarnos por las malas. El miedo, en ocasiones, no nos deja darnos cuenta de que no siempre vamos a tropezar en la misma piedra. Que no todo lo malo de este mundo nos tiene que pasar a nosotros. Que no todo el mundo es tan rastrero como esas personas que nos han hecho daño. Y es que muchas veces somos como ese niño que tiene como mayor diversión subirse a un árbol hasta que un día se cae y, por el susto y por el daño que se hace, decide no volver a hacerlo.
Hay que despertar a la realidad y darnos cuenta de que nuestra vida es un constante viaje en un tren. En dicho viaje hay muchas paradas donde tienen que bajar algunas de las personas que tenemos a nuestro lado. Pero, por suerte, nuevas caras suben las escalerillas para ocupar algunos de los asientos vacíos. A veces, también, ciertas partes del tren están a oscuras y no apreciamos a primera vista que en esas zonas también existe gente. Gente a la que consigues ver gracias a que un movimiento accidental los delata o gente que, a lo mejor, se queda escondida para aparecer como súper héroes a tu rescate cuando de verdad los necesites. Una vez que lo hagan, se quedarán a tu lado hasta el final del viaje, pase lo que pase.
Ya sé que no es fácil. Nadie dijo que lo fuera. Pero, al fin y al cabo, en eso consiste la vida. John Lennon dijo una vez que la vida es aquello que te ocurre mientras estás ocupado haciendo otros planes. Y tenía razón. Mientras nos ocupamos en conseguir respuestas, en pensar sobre lo que queremos para nuestro futuro, en dudar sobre si esos a quienes consideras tus amigos de verdad te quieren... la vida pasa. Y estamos tan ocupados pensando en otras cosas que no podemos disfrutar de las cosas buenas que estamos viviendo. Y no puedes dejar nunca que un suceso aislado negativo pueda acabar con tantísimos detalles y vivencias positivas. Este es tu momento. Aprovéchalo junto a las personas que de verdad merecen la pena.
8 comentarios:
Cántale tu copla sólo al que por tu camino va.
Si Laura, ya al nacer nos subimos al tren y nos encontramos con personas que creemos que siempre estarán con nosotros en este viaje. Lamentablemente la verdad es otra.
De las personas que toman el tren, las hay que lo hacen como un simple paseo y pasan tan desapercibidas que ni siquiera nos damos cuenta que desocuparon el asiento.
Muchos al bajar dejan una añoranza permanente.
Es curioso que algunos pasajeros, los que nos son más queridos, se acomodan en vagones distintos al nuestro y por tanto se nos obliga a hacer el trayecto separados de ellos.
Podemos recorrer nuestro vagón y llegar a ellos, pero no podremos sentarnos a su lado pues habrá otra persona ocupando el asiento.
Besos Laura
Laura, me gusta tu frase "ESTE ES TU MOMENTO".
Tienes toda la razón, aprovéchalo y disfrútalo.
Creo que sigues de Erasmus. Es una vez en la vida de una estudiante la que se tiene esa experiencia.
Deja a un lado cualquier detalle negativo y vive con mucha ilusión tu momento.
Saludos
¿Sabes?
Yo nunca he tenido la sensación de estar en un tren ni, por tanto, ir con compañeros de viaje que están en él o sentir que otros no lo han tomado...
La difinición del tren de la vida me genera una sensación de algo a lo que estás atado y a la vez de cosas que has dejado atrás y muy dificilmente volverán de nuevo a tu vida.
Es cierto que hay recuerdos que quedan en el tiempo, bien guardados lo agradables, o con tendencia al olvido los que no lo son tanto. Pero nunca van cerrados en mi vida en un vagón.
Los compañeros de viaje de tu tren son en mi mundo (qué barato es imaginar. verdad?) personas entrando y saliendo continuamente por una puerta giratoria. Salen y entran como lo haces tú mismo (en eso eres igual que ellos). Coincides, te ves,te acercas, te alejas...
Momentos más intensos o menos. Momentos, diría que casi todos, fácilmente recuperables.
"No he tenido tiempo de llamarte" (mentira!).
"Iba a ir a verte y he estado muy liado" (mentira!).
Lo que no hemos hecho es priorizar eso ante el resto de cosas que muchas veces no son más que girar y girar...
La sensación de tu tren en marcha, dejando etapas de tu vida a su paso son vueltas y vueltas de mis puertas giratorias. El paisaje junto a tus vías te aleja de muchas y te une solamente a quien viaja en él. El ajetreo de mis bisagras me distrae de lo que realmente importa.
Tu distancia en tu tren, mi ajetreo en mis puertas nos distrae de dar valor a cosas a las que podemos dárselo.
Uy uy uy.... Me parece que me estoy haciendo la xxxx un lío... Debe ser el tiempo que hace que no escribo. Y qué filosófico, verdad?. A ver... paro tu tren (chirrío de ruedas); paro mis puertas (stop)... Voy a recuperar el valor de las cosas que realmente lo tienen:
¡Hola, Laura!. ¿Cómo va por las tierras del frío?. Ya vi que fuiste a casa por Navidad, como el turrón el Almendro. Espero que fuera todo tan bonito como en los anuncios!.
¿Has visto la película Amelie?. El duendecillo de tu nuevo pueblo, ese del que hablaste en una de tus entradas, me recordó mucho al que envía postales en la película. ¿No la has visto?... Pues al video club, que es muy chula!. Creo que te gustará.
Volvamos a lo de las piedras en el camino. ¿Tropezar dos veces?. Ojalá fueran solamente dos veces. Por degracia tropezamos muchas más veces en algunas de ellas. No aprendemos a no hacerlo, pero sí a saber sacar conclusiones diferentes cada vez: son parte del contínuo aprendizaje. Vamos cambiando la perspectiva de las cosas.
No sé si has leído algo de Mark Twain. Eso es, el de Tom Sawyer!. Era una persona muy interesante (y muy desgraciada por cierto), y se hizo muy famoso por frases realmente geniales, algo así como como Groucho Marx, pero con un sentido en sus planteamientos muuuuucho más espectacular según mi punto de vista.Una de mis favoritas es
"Cuando yo tenía catorce años, mi padre era tan ignorante que no podía soportarle. Pero cuando cumplí los veintiuno, me parecía increíble lo mucho que mi padre había aprendido en siete años."
Verás como en la visión de ese tren en el que ahora estás, como me ha ocurrido a mí en las puertas en las que yo ando, la visión de las cosas de golpe hace Pufff!, y las ves todas diferentes.
Y formará parte de tu forma de ser el no dejar nunca que un suceso aislado negativo pueda acabar con tantísimos detalles y vivencias positivas.
Y verás que hay muchos momentos.
Y verás también que mucha gente, muchísima gente de verdad merece la pena.
Feliz viaje en tren, Laura!.
PARAPANIPLAJO.
Hola!! Me ha echo muchisima ilusion encontrar tu blog! soy una murciana que ha echado erasmus para Wroclaw para el año que viene...la verdad es que estoy muerta de miedo y me lo estoy pensando mucho :S
animo y gracias por contar tus vivencias ^^
El Barón de Robur: buena frase
Linda: sí, tienes toda la razón
Nany: muchas gracias. Sí, hay que dejar a un lado los detalles negativos.
Gracias por comentar a todos. Siempre es un placer ver vuestras palabras
Parapaniplajo: ¿puertas giratorias?. Eso debe marear bastante, ¿no?. Yo prefiero "mi tren" porque ese paisaje que se ve por la ventana es, por un lado, esos momentos que hemos vivido y que dejamos atrás y, por el otro, es ese nuevo paisaje que se abre camino para ocupar el anterior.
Pues el frío es soportable. La semana pasada estuvimos a -20 pero ahora estamos a mejores temperaturas. Un par de grados bajo cero. De todas formas, salir a pasear por la calle no es algo que apetezca mucho; así que solamente se sale para meterse en algún bar, pub, restaurante y/o centro comercial. Es lo malo del frío. Y, por eso, el frío nunca me ha gustado y no creo que me guste en un futuro. A pesar de ello, no dejo que un suceso aislado dé al traste con todas las cosas buenas que estoy viviendo aquí. Estoy en mi recta final, pronto vuelvo a casa y tengo que aprovechar al máximo las últimas semanas que me quedan de estar aquí.
Gracias por comentar
Valkiria: me hace gracia porque yo estaba igual que tú el año pasado. Muerta de miedo. Nunca me había ido de casa y sabía que esta decisión era muy importante. Pero sabía que era algo necesario para mí. Una experiencia única. Y somos muy afortunadas de poder hacerlo. Te lo puedo asegurar.
Como es lógico, no todos son cosas buenas. Hay momentos en los que echas de menos estar en casa. Eso de que a las 4 de la tarde ya sea noche cerrada y que haya veces que cuando sales de fiesta te levantas de noche... no es agradable. Y que no veas nunca el sol...o las simples necesidades básicas de echar de menos un sofá y una persiana. Pero todas estas cosas son precisamente las que te ayudan a crecer, a madurar, a valorar las cosas que de verdad te importan, aprendes a conocerte mejor a ti misma. Y aprendes que eres mucho más fuerte de lo que te imaginabas. Además, vivir en residencia te permite conocer a muchísimas personas. Gente que está como tú, en tus mismas condiciones, y abierta a tener amistad con todo el mundo. Es como un gran hermano pero a lo grande. Eso de conocer cada noche que sales a un montón de personas nuevas... es impresionante. En España estamos acostumbrados a salir con nuestro grupo de amigos y no relacionarnos con nadie más pero de erasmus... todo es distinto. Y esa es una de las cosas que más voy a echar de menos cuando vuelva a mi vida de siempre.
El miedo te va a acompañar hasta que no te hagas a la idea de que estás de erasmus. Y eso será cuando lleves un par de dias aquí, lo hayas visto todo y te des cuenta entonces de que no estas aqui de turismo. Pero esto es alucinante. Son muchas cosas buenas las que vives aqui. Conoces a tantisima gente. Y los momentos malos solo te ayudan a hacerte mas fuerte.
Por eso, no lo dudes: el erasmus es lo mejor que te puede pasar. Dentro de un año me lo dirás.
Mucha suerte y un saludo!!
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