"Todos los LUNES compartiendo mis sueños y pensamientos contigo"

sábado, 18 de septiembre de 2010

ÚLTIMOS PENSAMIENTOS

Desde que era niña, lo había pensado. El verano es la estación de las vacaciones: el sol, la playa o la montaña, el campo, las fiestas, las despreocupaciones… La mejor terapia para combatir cualquier tristeza… o, al menos, para dejarla en un segundo plano. Pero septiembre acaba con todo esto. El otoño destruye lo que ha conseguido el verano y lo único que te trae es melancolía, mal tiempo, nostalgia, mal humor, depresión… Lo peor que te puede suceder cuando estás pasando por una etapa bastante mala en tu vida. Y eso era lo que le ocurría a la chica de la mirada triste.

Paseaba por el puerto, mirando el mar. Observando a los grandes barcos que cruzaban por él, acariciando sus ya frías aguas. Se encontraba tan perdida y tan sola… a pesar de que una amiga estaba a su lado en ese momento, contándole mil anécdotas graciosas que consiguieran hacerla reír. Y ella lo hacía, por supuesto… pero sus ojos seguían reflejando lo que su alma sentía: una profunda tristeza. Su vida se había descarriado. Últimamente, todos sus planes de futuro se desmoronaban mucho antes incluso de que comenzara a llevarlos a cabo. La vida no le daba la oportunidad siquiera de intentar realizar sus sueños… y tampoco era que la chica pidiera cosas imposibles.

Se asomó para mirar el mar. ¿Cuánta profundidad habría? ¿Qué pasaría si perdiera el equilibrio y cayera? ¿Llegaría a golpearse con algún barco y moriría? Y si muriera… ¿qué ocurriría? ¿No sería una liberación para ella? Una forma de dejar de sentir agobio porque era otoño y porque deseaba que pasara esa horrible estación, y porque, cuando llegara el invierno, estaría rezando a todas horas para que la Navidad no se celebrara ese año. Estaba constantemente queriendo que pasara su vida y eso ¿no era un desperdicio? ¿No era mejor quitarse de en medio por no saber aprovechar mejor la belleza de la vida y de la juventud? Su amiga interrumpió sus pensamientos para pedirle que la esperara, que iba a buscar un refresco dentro de la cafetería que se encontraba detrás de ellas. La chica de la mirada triste se quedó sola y volvió a mirar al mar. Lo vio como una señal: ahora o nunca. Aunque no sabía si sería lo suficientemente valiente para hacerlo. ¿Y si la caída fuera fatal y no muriera en el acto? Le atormentaba la idea de tener una muerte lenta y dolorosa. Sus pensamientos fueron interrumpidos cuando sintió el gélido frío del agua traspasando su piel.

4 comentarios:

Nany dijo...

No Laura, no.
Es la única entrada tuya que no me ha gustado. Cuanto más la leo menos me gusta su contenido, no la forma de escribir que eso lo haces fenomenal siempre. A la chica de la mirada triste, la vida le dará muchas oportunidades para que sus sueños se cumplan.
NUNCA, JAMÁS, tiene que pensar en la muerte como una liberación; si no tiene que pensar en eso una persona mayor, enferma, terminal ... mucho menos una chica joven.
JAMÁS pensar que un acto para quitarse la vida es señal de valentía. ES DE COBARDÍA.
La chica de la mirada triste, puede sentir lo que sentimos todos al acabar el verano, pero no tiene por qué desear que ese año no exista Navidad.
Tiene que pensar en ser muy feliz y dar gracias por todo lo bueno que le rodea aunque no lo valoremos.
Besos Laura.

PARAPANIPLAJO dijo...

Hola Laura!.

Si por una de aquellas casualidades de la vida te encuentras con la chica de la mirada triste, dile que en otoño los árboles se ponen de un color precioso, y que si va de excursión a un bosque de hojas caducas y perennes no se le ocurra olvidarse la cámara de fotos.
Que si hace frío tome algo caliente al otro lado del cristal mientras mira el frío que hace detrás de la ventana. Y que haga vaho como si fumara cuando salga fuera.
Y que lo conseguido en verano nada lo destruye, porque es suyo. Y que el mar seguirà ahí durante todas las estaciones, y que si quiere ver una nueva primavera los árboles necesitan coger fuerza para poder regalársela.

Dile también que una vida no se descarría, que hay simplemente cosas que no salen como esperamos, otras que sí, y que todas al final van a ser las que la acaben de forjar como persona.

Coméntale que los planes de futuro no se desmoronan, simplemente porque hay futuro, y sus planes tienen que ser adaptados y readaptados continuamente a las circunstancias. Dile, eso sí, que eso tendrá que hacerlo durante toooooooda su vida, para que no se llame a engaño.

Explícale que perder el tiempo pensando en cuánto mide el mar es absurdo. El mar nunca mide igual. Si lo mides desde la cresta mide más que si lo mides desde el valle de la ola. Y siempre hay oleaje. Y como bien sabe Perogrullo cuanto más dentro vas, más cubre.
Y que ha remolinos y corrientes, y temporales y resacas, y días en los que la fuerza del mar (de la mar) te deja absolutamente perplejo contemplando su hermosura. Y ese mar tan bello es el mismo del verano que te ofrece todas sus caras para que las disfrutes en cada momento.

Y que si pierde el equilibrio debe agarrarsea todo aquello que le sirve de apoyo.

Dile también si aún te escucha que tiene una amiga que cuidar, y que el cuidado siempre es bidireccional. Dile que le cuente cosas a ella también , porque tal vez la amiga está tan necesitada de cariño como ella y no se da cuenta, porque todos tenemos nuestros momentos y nuestras alegrías y sensaciones y tristezas se parecen enormemente a las que tienen los demás, con la única diferencia de que las demás no son nuestras.

Hazme el favor de decirle que tienes una amigo blogero que si la viera asomada mirando el mar y pensando todo lo que piensa, con su brazo izquierdo iba a sujetarla fuertemente para que no cayera, pero que iba a abrir su mano izquierda hasta hacer con ella una figura parecida a un pentágono (no un pentaedro), y le iba a dar una colleja con cuyo sólo contacto iba a entender en una fracción de segundo todo lo que te he escrito antes.

Ah...!. A tí yambíen quería decirte una cosa: personalmente me encanta el otoño. De verdad!.

Un abrazo... ya seguir escribiendo, que me encanta leerte!

PARAPANIPLAJO dijo...

(Nota del editor:
el agarre del amigo blogero se realiza con el brazo izquierdo, mientras que la colleja con la mano abierta generando un pentágono casi perfecto es con la mano derecha y no con la izquierda tal y como aparece en el original.

;P

Laura dijo...

Nany: para todo hay una primera vez. A mí tampoco me gusta tener que escribir cosas así; pero, desgraciadamente, existen chicas como la de esta entrada. Como bien sabemos todos, la vida es difícil... mucho.

Parapaniplajo: es imposible repetir literalmente a esta chica todo lo que me has dicho. Espero que esta chica y que todas las que se sientan identificadas con ella lean tus bellas palabras.
P.D. Gracias por la aclaración de la escena, pero a mí al menos ya me había quedado clara. Disfruta del otoño

Muchas gracias a los dos por comentar.