"Todos los LUNES compartiendo mis sueños y pensamientos contigo"

viernes, 30 de agosto de 2013

A LO ROMEO Y JULIETA


Me miraste. Ahí estabas tú, a lo lejos. Con tu particular felicidad reflejada sin tapujos en tu hermoso rostro. Yo dudé. No sabía si continuar mi camino o saludarte. Estabas acompañado por tus amigos y no quería molestarte.

Pero tú te anticipaste y no me dejaste escapar. Corriste hacia mí. Sí, corriste. Tu reacción fue tan imprevisible que el hombre con el que estabas hablando se quedó sorprendido y te siguió con la mirada para ver qué era lo que había ocurrido que había hecho que lo dejaras con la palabra en la boca.

Era yo. Me quedé inmóvil esperándote, sintiendo el corazón palpitándome en el pecho por la ilusión. Me dedicaste una sonrisa preciosa que aún conservo muy dentro de mí. En ese momento fuiste tú el que dudaste. La gran barrera que nos separaba me colocaba a unos cuantos metros por encima de ti y no podías saludarme con un par de besos en las mejillas. Tras algunos gestos dubitativos, enseguida calculaste qué hacer para escalar el escarpado muro y salvar la distancia que nos separaba.

Y lo hiciste. La dificultad no te hizo cejar en tu empeño. A lo Romeo en busca de su Julieta subiste hasta estar a mi altura para poder rodearme con tus potentes brazos y besarme. Tu sonrisa se intensificó. Y yo no podía dejar de maldecir mis inoportunos acalorados mofletes que se colorearon de un intenso color rojo por tenerte ahí, tan cerca de mí, recordando lo que habías hecho solamente para poder tocarme. 

Ya no recuerdo ese intercambio de unas cuantas frases porque solamente tu gesto es el que invade mis recuerdos: tu mirada penetrante que siempre me ha intimidado tanto, tu sonrisa sincera, tu dulzura... Y cuando volviste a bajar de un salto, girándote de nuevo a despedirme antes de volver con unos todavía muy sorprendidos amigos tuyos.

No hay comentarios: