"Todos los LUNES compartiendo mis sueños y pensamientos contigo"

lunes, 27 de abril de 2015

EL DÍA SIGUIENTE... LA RESACA

Dicen que “después de la tormenta, siempre llega la calma”. Y es verdad. Lo mismo pasa con el temido ‘día siguiente’. Has pasado un día o una noche mágicamente increíble y especial. Es un momento que sabes que permanecerá en tu recuerdo mucho tiempo. La tormenta ha sido como un volcán en erupción con consecuencias positivas. Pero llega el nuevo día y otra vez el sol vuelve a salir. Y tú, amigo de la noche, te sientes igual que un vampiro temeroso. Es como la resaca: sientes nauseas, la habitación te da vueltas y te tiras en el sofá intentando que la sensación se vaya o, al menos, se te olvide, viendo sin parar cualquier película que pongan en la tele. Pero, al igual que con la resaca, los síntomas terminan desapareciendo. Y consigues que la serenidad te ayude a volver a tener puesta tu mente en cómo conseguir volver a vivir un día o una noche así de especial. Aunque sabes que no puedes emocionarte mucho porque, si no, el batacazo puede ser peor. Tus comeduras de cabeza sustituyen a tu sensación de resaca. Y ya no sabes con qué preferirías quedarte. Pero, al final, consigues sosegarte y pensar que solo quieres disfrutar del presente y de esos recuerdos de lo que ya has vivido… porque eso nadie te lo puede quitar.


martes, 21 de abril de 2015

NO TE ARREPIENTAS


No te arrepientas de tus decisiones siempre que las tomes con el corazón; ante la duda, tu intuición siempre será la mejor consejera que puedas tener

No te arrepientas de necesitar momentos de soledad; uno también tiene que estar consigo mismo para reflexionar sobre qué quiere ser y cómo debe actuar

No te arrepientas de entregar tu corazón incluso a esas personas que te demuestren no merecerlo; son muestras de que eres alguien íntegro que merece ser amado

No te arrepientas si a veces te emocionas y no puedes evitar llorar o que se te erice la piel; solo son síntomas de que tienes sentimientos y amas la vida

No te arrepientas de sentirte dolido cuando te traicionan; tu esfuerzo merece la recompensa de que te traten como tú lo haces

No te arrepientas si alguna vez piensas en otra persona antes que en ti; eso significará que es alguien que tienes que mantener en tu vida

No te arrepientas de comportarte como un niño; porque en la vida también se necesita ese puntito de locura que te demuestre que eres capaz de luchar por lo que quieres

No te arrepientas de madurar; es algo complicado y doloroso que, a la larga, agradecerás porque es necesario y te hará mejor persona

No te arrepientas de hacer realidad sueños con los que nunca soñaste; la realidad hace que te des cuenta de que tus deseos iniciales no eran los adecuados

No te arrepientas de alejar de tu vida a personas que fueron muy importantes; si tomas esa drástica decisión será porque son gente tóxica que no merecen tenerte


No te arrepientas de dejarte llevar por tu primer impulso; a veces, las primeras impresiones son las que hacen decidir el resto de tu vida  

martes, 14 de abril de 2015

NO TE QUEJES, ¿NO VES QUE ERES UN PRIVILEGIADO?

Desperdiciamos la vida entera quejándonos siempre de todo: si no tenemos amor, porque estamos solos, si estamos con alguien, porque nos agobian y no nos dejan nuestro espacio, si no tenemos dinero, porque no podemos comprar lo que queremos, si lo tenemos, porque no tenemos tiempo para gastarlo… Si somos morenos, queremos ser rubios, si tenemos menos de aquí, queremos más de allá… Y viceversa.

Pero ¿y si fuéramos honestos? Somos privilegiados. Vivimos en el primer mundo, donde tenemos un techo donde cobijarnos, comida caliente que llevarnos a la boca, calefacción, aire acondicionado…

Pero incluso en el primer mundo, muchos pasan penalidades. Menos mal que hay gente buena que ama ayudar al prójimo y lo demuestra, por ejemplo, repartiendo comida a gente muy necesitada.

El inicio de año me dio un regalo. Conocí a una de estas personas que ayudan a los demás, José, un voluntario que decía sentirse privilegiado por ayudar a la gente. Hasta ahí todo normal, una buena persona simplemente. Pero lo más emocionante es pensar que este joven es un discapacitado intelectual que, sin embargo, me demostró ser mucho más listo que la mayoría de las personas consideradas ‘normales’.

“Ayudar a los demás me hace sentir una persona importante para la sociedad y para uno mismo. Ese es el tesoro que tenemos las personas: ayudar a aquel que lo necesita, pagar con la misma moneda. Esto es una experiencia y quiero hacer un llamamiento para que hagamos algo para que las personas sin recursos tengan una vida digna, como se merecen, que no estén ni en las calles ni debajo de los puentes… y que tengan calefacción”, me dijo.


“Tenemos muchísimo que dar”, concluyó. Y yo, lo único que sé después de conocerlo es que de mayor quiero ser como José: una persona noble que se siente muy afortunada de la vida que le ha tocado vivir. Porque cada una está llena de algunos pequeños baches y de innumerables buenos momentos.

lunes, 6 de abril de 2015

LAS DULCES AMARGAS DESPEDIDAS


La melancolía es esa maravillosa horrible sensación de recordar lo que una vez viviste. Esa gran experiencia del pasado que te ayuda a ser mejor persona en el presente, a madurar en el futuro…

Pero la añoranza hace que ese nudo que se te atraganta en el estómago forme ya parte de ti. Un nudo que se acrecienta cuando regresas a esos “lugares, trabajos, personas”… familia. Porque lo mejor de las vacaciones es volver con los tuyos, visitar a los que un día no muy lejano formaron parte de tu vida y contribuyeron a que fuera una de las etapas más bonitas (por el momento)... Y comprobar que para ellos sigues estando muy presente, en su recuerdo, que te nombran casi a diario y que te tienen casi tanto cariño como el que tú les tienes a ellos. Y, por unos minutos, vuelves a sentir como si el tiempo no hubiera pasado y como si nunca te hubieras ido.


Pero la despedida llega de nuevo, con una sensación menos desalentadora por comprobar lo mucho que te estiman… un cariño correspondido que se mantiene. Y tienes a tu familia para celebrar ese reencuentro, disfrutas de unas horas preciosas, como nunca antes habías vivido. Ríes, lloras de emoción, te abrazas y te besas con los tuyos, disfrutas de sus sonrisas y de su alegría… Porque, como diría Toulouse-Lautrec en la película ‘Moulin Rouge’, “lo mejor que te puede suceder en la vida es que ames y seas correspondido”.