Donante de sangre

Ayer fue un día histórico para mí: muerta de miedo y a punto de darme un ataque de nervios, dejé que una considerable aguja me sacara medio litro de sangre por primera vez. Me quitaron una parte de vida (se termina recuperando, aunque a mí todavía me falta un poco) para poder regalarla a quien lo necesite. Hacía mucho tiempo que no me sentía tan orgullosa de mí misma.

Hoy me siento con fuerzas para escribir esta entrada y agradecer a las personas que estuvieron a mi lado apoyándome y ayudándome:
-En primer lugar, a Pablo, que fue nuestro guía moral y estuvo tan pendiente de todos nosotros. Me ayudó mucho en el momento fatídico. Esa fue su gran buena obra del día. No sé cómo agradecértelo de la manera que te mereces.

-Después, a Use, que sufrió el pinchazo como el resto, aunque no pudo donar por culpa de la enfermera cobarde que le tocó. A pesar de todo, también estuvo pendiente de nosotras y cuando a mí me dio la bajada de tensión, me daba de beber coca-cola y me ayudó a ponerme la cazadora cuando, por fin, me dejaron salir a la calle. :)

- Algunas de mis niñas también estuvieron conmigo en el momento del mareo. Ellas, como son tan fuertotas, tardaron menos en recuperarse pero yo, al final, siempre la tengo que liar. Bueno, fue una buena excusa para hacerme la interesante y que me mimaran y cuidaran ;)

Ahora sólo espero que el mal trago que pasé sirva de algo.

Muchos besos a todos