"Todos los LUNES compartiendo mis sueños y pensamientos contigo"

miércoles, 5 de noviembre de 2008

EL SUEÑO AMERICANO

Es la respuesta pronunciada por los jóvenes y los ancianos, ricos y pobres, demócratas y republicanos, negros, blancos, hispanos, indígenas, homosexuales, heterosexuales, discapacitados o no discapacitados. Estadounidenses que transmitieron al mundo el mensaje de que nunca hemos sido simplemente una colección de individuos ni una colección de estados rojos y estados azules. (Barack Obama)


A las 7 de la mañana mi madre no pudo más. Me despertó emocionada diciéndome: “Lauri, a las 10 de la noche en EEUU, 5 de la mañana en España, he podido ver algo que siempre soñé y que nunca imaginé llegara a suceder. ¡Estados Unidos tiene un Presidente negro!. ¡Obama ha ganado!”. Muerta de sueño logré balbucear con una sonrisa: “¿Si?, ¿ya se sabe?”. “Sí, me contestó ella, y lo mejor es que me ha gustado el discurso de McCain. Allí sí hay ganador y perdedor, y el perdedor lo asume. No es como en España que, en la noche electoral, todos han ganado”. Se ha ido despacio de mi lado, como comprendiendo que aún era temprano, porque hoy no tenía clases, y no estaba preparada para escucharla con claridad.
Ella, una mujer de cuarenta y tantos años, siguió, allá por el año 1.979 -como un alto porcentaje de españoles de su época-, la serie de RTVE “Raíces” (Roots), basada en la novela del mismo título de Alex Haley. La historia narra la vida de varias generaciones de una familia: desde la captura, en Gambia, de Kunta Kinte, por unos negreros que lo llevan en barco hasta América donde es vendido como esclavo -hombre rebelde hasta el final de sus días, que nunca quiso renunciar a su nombre-, hasta llegar a su descendiente Gallo George, ciudadano negro libre en Estados Unidos.
Fue tan impactante para ella que sólo pensó, desde ese momento, que le gustaría ver con sus propios ojos lo que ha sucedido esta madrugada…
A Obama, en su primer discurso como Presidente electo, no se le veía feliz. Se notaba en su rostro la enorme responsabilidad que pesa, desde hoy, sobre sus espaldas. Era una alegría contenida. Se encuentra un país, primera potencia mundial, bajo mínimos; con tres guerras abiertas –Irak y Afganistán-, y la crisis. Los problemas son muchos: paro, sanidad, educación. Tiene que hacer una lista de prioridades y habrá gente a la que decepcione, “porque el camino será lento y empinado”; pero su victoria ha sido, por lo general, bien recibida por la comunidad internacional y él tendió la mano a todos (a excepción, por supuesto de “aquellos que derrumbarían al mundo: os vamos a vencer”). Todos tendrán que arrimar el hombro, y sufrir para salir adelante… (¿y nosotros?).
Había necesidad de un cambio. El cambio empieza a partir de hoy.
No olvidemos algo: todos somos parte de este planeta, nuestro destino es compartido. No lo destruyamos.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Buen post. La cara de Obama, cuando salió a saludar y dar su discurso de ganador, me recordó la escena final de la película de Michael Ritchie "El candidato", protagonizada por Robert Redford, en la que a su jefe de campaña, le dice: ¿Y AHORA QUÉ HACEMOS?...
¿Qué hará ahora?...
Un saludo.