"Todos los LUNES compartiendo mis sueños y pensamientos contigo"

jueves, 15 de octubre de 2009

EL AEROPUERTO

Salgo corriendo. ¿Qué autobús tengo que coger? ¿Qué tranvía? ¿Dónde? ¿Cuándo?. Todo esto pienso mientras bajo las escaleras. Y, por una vez y sin que sirva de precedente, tengo suerte y veo un taxi en la puerta. Como si alguien lo hubiese llamado para mí. Me monto y el taxista me nota nerviosa. Me dice en inglés que llegamos en menos de media hora. Miro el reloj y me relajo. Tengo una hora de margen.

Llego al aeropuerto, pago al taxista, le doy las gracias y me meto a buscar la zona de las llegadas. Miro en el panel. El vuelo de Alicante llega en 20 minutos. Respiro aliviada y compro algo de chocolate en la tiendecita más cercana. El taxista ha sido muy simpático, pero conduce como cualquier polaco: a 90 kilómetros por hora y dando bandazos sin parar. Necesito azúcar para que se me pase el mareo.

Me siento en una de las sillas y espero impaciente. 15 minutos. 10 minutos. 5 minutos. Al final, las puertas se abren. ¡Por fin!. Me quedo observando. A mi lado hay un chico que tiene los mismos nervios contenidos que yo. Pero él tiene más suerte. Su chica llega junto a él y se abrazan con fuerza. Se besan emocionados. Y se van a disfrutar el uno del otro. Al rato, es una chica la que está dando vueltas. Se sienta, se levanta y se pone a caminar. Hasta que llega un momento en que se para en seco y saluda a un grupo de chicos. Amigos que han ido a verla. Y se van todos juntos.

Hasta que, al final, soy yo la que veo aparecer figuras conocidas. Soy yo la que se levanta del asiento sin poder dejar de sonreír. Y soy yo la que, en esos momentos, se siente observada por los que todavía siguen esperando.

3 comentarios:

Noelplebeyo dijo...

La vuelta siempre emociona


Cortas vacas no ??

El Coyote dijo...

No sé si me recuerdas ni si me conoces, Laura. Te encontré en el verano romano de 2006, en los alrededores de la plaza del Tritone, junto al encanto ya marchito de Vía Véneto, cuando aún no te atrevías a aventurarte sola por los esplendores de la ciudad eterna. Te recupero ahora, en el otoño polaco de Wroclaw, luchando valientemente con un clima hostil, un mundo extraño, clases y lenguas diferentes. Tu estilo literario, ágil y desenvuelto, ha ganado madurez y cuajo. Si la educación es pasar del estado de absoluta dependencia en que todos nacemos a una saludable independencia de la familia, las circunstancias y hasta los propios defectos para hacer realidad nuestro proyecto vital, te felicito porque estás llegando con éxito casi al fin del camino. Te imagino entre la plaza Rinek y las riberas del Odra, con tu pelo rubio como una bandera y tu cálida sonrisa flotando en la niebla húmeda...y este viejo Coyote,que tantas veces aúlla solitario en la nocturna pradera, nada en un líquido viscoso sospechosamente parecido a la ternura. Que el futuro te llene de alegría, de luz y de belleza.

Laura dijo...

Noelplebeyo: no son vacaciones. Estoy de erasmus desde el 24 de septiembre en Wroclaw (Polonia) y estaré aquí hasta finales de febrero-principios de marzo (sin contar, por supuesto, la escapadita obligada de navidad. Lo que cuento, por el contrario, es cuando yo me encontraba en el aeropuerto esperando a personas que habían venido aquí a Polonia a visitarme.
Aunq no lo parezca, yo tambien te sigo a ti, pero no he tenido tiempo de comentar. Prometo q este finde sin falta pasaré a dejar mi huella. Muchísimas gracias por comentar.

El Coyote: no sabes la emoción que me da pensar que esas palabras salen de ti. Sabes que muchas veces te he echado en cara que no me digas las cosas buenas y que sólo me reprochases las malas. Por eso, saber que piensas eso de mí y que eres capaz de confesármelo hace que me sienta orgullosa. GRACIAS.