"Todos los LUNES compartiendo mis sueños y pensamientos contigo"

lunes, 7 de diciembre de 2009

EL PERRO DEL HORTELANO

En estos momentos me gustaría hablar con Lope de Vega para preguntarle qué le inspiró a realizar esta obra, si sabía que su creación no se quedaría tan sólo en una historia más dentro del teatro español ni en un dicho que muchos a veces repetimos sin pararnos a pensar detenidamente en el significado que encierra.

“Eres como el perro del hortelano. Ni comes ni dejas comer”. ¿Cuántas veces habremos dicho o nos habrán dicho ese refrán? ¿En cuántas situaciones diferentes podrá ser empleado? ¿Y hasta qué punto esto es verdad?

Sí, siempre alguna vez somos y seremos el perro del hortelano. Tenemos noticias de alguien de quien no sabíamos hace tiempo y descubrimos que su vida está mucho mejor que la última vez que lo vimos. Un antiguo amor, por ejemplo, ha rehecho su vida con otra persona diferente y descubres, sin que te haga mucha gracia, que no es algo que te alegre demasiado. ¿Por qué te molesta? No pueden ser celos, porque hace años que te olvidaste hasta de la existencia de dicha persona; y tampoco puede ser envidia, porque tu vida incluso está mucho mejor que la suya. ¿Entonces? ¿Qué turbios sentimientos son los que te atormentan?

Puede que volver a saber de esa persona te haga pensar en el pasado y que te obligue a replantearte muchas cosas. ¿Hice bien en elegir este camino y desechar este otro? ¿Cómo hubiese sido mi vida si hubiera pensado en ese momento de otra manera? ¿Si ahora se me volviera a plantear la opción de elegir qué sería lo que haría?

Sí, definitivamente todos somos como el perro del hortelano. No comemos ni dejamos comer porque la comida, si se queda en el plato, siempre podremos usarla cuando nos apetezca pero si nos la quitan, nuestra oportunidad de comer pasará de largo para siempre.

6 comentarios:

El Barón de Robur dijo...

"Dubitando ad veritatem pervenimus"
Dudando llegamos a la verdad

Dudas, me gusta.
Escribes con simplicidad, me gusta.
Cuentas tu interior, me gusta.
Sufres, no me gusta.

Laura dijo...

No sufras por mí, ya que ni yo misma lo hago ahora ni lo hice el día que escribí esta entrada. Te pido un inmenso favor, a ti y a todos los que me leeis: no deis las cosas por hecho.

Muchísimas gracias por comentar. Saludos, barón, y bienvenido al blog.

El Barón de Robur dijo...

Lamento que me hayas interpretado mal.
No hablo de tu sufrimiento, hablo del sufrimiento de lo que está escrito. Nunca juzgo al escritor por su obra, simplemente me emociona o no.
Te pido disculpas por mi torpeza.

Mayreta dijo...

Hola Laura, me dio gusto encontrame con tu blog, tambien te invito al mio.
Respecto a lo que escribes, me preguntaba, no crees que sea amor propio lo que nos obliga a sentirnos de esa manera? hablando especificamente de cuando encuentras un viejo amor, pienso, talvez sea solo la idea de que siempre queremos ser únicos , por alguna vez en la vida queremos ser el principo y el fin , la razón de la felicidad de alguien y cuando no es asi ( porque nunca es asi, y que bueno) duele, pero se pasa rapido, no? y seguimos en lo nuestro.

Laura dijo...

Mayreta: tiene mucho sentido lo que dices. Muchas gracias por pasar por mi blog. Yo he echado un vistazo al tuyo y me ha gustado mucho. Me he sentido identificada con algunas de tus entradas. Cuando tenga más tiempo lo leeré tranquilamente, te lo prometo.

Gracias por comentar y bienvenida a mi blog.

Laura dijo...

El Barón de Robur: no tienes que disculparte. Habré entendido mal. Yo también lo siento. De todas formas, lo que te digo no es un reproche. Solamente es una explicación.