Corre hacia los amplios ventanales. Entra demasiada luz. Echa las cortinas. Se sienta en su silla y cierra los ojos. Se imagina cumpliendo su gran sueño: VOLAR, perdiéndose “en el viento sobre el trueno del mar”. Quien escuchara sus pensamientos, se escandalizaría. ¡Una princesa como ella en un ambiente tan mundano como el mar! ¡Menuda aberración! Pero nadie puede entrometerse en sus pensamientos y, soñando, puede viajar a cualquier lugar. Una tímida sonrisa se le asoma en su pálido y hermoso rostro. Al fin, abre los ojos y mira a su alrededor. Ve las sombras de los objetos, la oscuridad. Recuerda que sigue en palacio y siente una presión en el estómago.
Sale corriendo por los pasadizos secretos. Mirando con mil ojos cada esquina para que ninguno de los lacayos consigan descubrirla. Llega hasta el jardín. “Están tristes las flores por la flor de la corte”. Y es que, si la princesa no las cuida, no crecen con esa hermosura que las caracteriza. Y la princesa lleva mucho tiempo sin prestarles atención. Consigue dejar atrás el jardín y ve a lo lejos la salida del palacio. Ya casi puede tocar con la punta de los dedos los aires de la libertad. Pero, de repente, aparecen " los guardas y el dragón colosal". La miran de forma indiferente. En realidad, a ellos les da igual; pero tienen que ganarse el sueldo.
La princesa está triste. Se deja caer y rompe a llorar. Ya no puede más. ¿Cúando conseguirá volar “a la tierra donde un príncipe existe”? Cada día que pasa, la posibilidad se aleja más. La esperanza y la ilusión se van apagando. Al igual que la flor que se encuentra al lado de su silla de oro. O, incluso, como ya empiezan a hacerlo las flores de su jardín. Su hada madrina le vuelve a repetir: “hacia aquí se encamina el feliz caballero que te adora sin verte, y que llega de lejos a encenderte los labios con un beso de amor”.
5 comentarios:
Hace mucho tiempo que Vd. y yo no hablamos, ¿verdad?...
Eterno... anhelo... de la libertad...
Cuidado, no vayas a escapar de una jaula y que te encierren en otra.
Mil besos, rubia.
PD. Cada vez me sorprendes positivamente más y más... Día a día... Increíble.
Pásate por mi blog...
Tienes algo para ti...
Más besos... ex-polaca.
Que no esté triste la princesa. La tierra donde está el príncipe puede estar en cualquier sitio, tenerla al lado sin saberlo
Besos
Hola, Laura!.
Dile a la princesa que no sufra.
A veces uno se encierra en mundos que contienen otros submundos. Su príncipe, su dragón...
Es como ver el vaso medio vacío en vez de medio lleno, es como el hecho de que las ramas no te dejen ver el bosque, es como ahogarse en un gota de agua...
Dile a tu princesa que disfrute de lo que tiene, no de lo que querría tener.
De lo que es, no de lo que hubiera sido.
De vivir, no de soñar.
Dile a tu princesa que en Parapaniplajolandia tendría que presentarte a sufragio popular cada 6 años (o 4, o 5... que aún no lo tenemos decidido). Y a la pobre princesa le quitaríamos todo el sufrimiento del príncipe y el dragón porque nadie se merece semejante angustias simplemente por ser hijo/a de su padre...
Y que esté allá donde esté, Carpe diem.
Un abrazo muuuy grande (y ya ves que sigo siguiendo...).
PARAPANIPLAJO.
Mar: es preferible arriesgarse, ¿no? Siempre corres el riesgo, pero el "no" ya lo tienes. ¿Por qué resignarse a vivir en una jaula si puedes tener otra que te aporte algo más?.
Linda: un beso grande, gracias por pasarte (como siempre). Y sí, puede que esté al lado de la princesa esa tierra, pero tampoco sabemos en qué condiciones estará. A lo mejor, está mucho peor que las flores de su jardín.
Parapaniplajo: SIEMPRE es un placer saber que me seguís. Y eso sólo se puede saber cuando me lo decís (ya sea personalmente o por escrito). En cuanto a lo de la princesa... no sé si en palacio tendrá internet, o si le dejarán usarlo; o si ella podrá acceder a él a escondidas. Así que me atreveré a darte las gracias en su nombre.
Gracias por todos vuestros comentarios y perdonad la tardanza en contestar
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