"Todos los LUNES compartiendo mis sueños y pensamientos contigo"

viernes, 30 de julio de 2010

La novia en el altar (Segunda opción).



Llegó el día tan esperado. El día más importante de su vida. Allí estaban su madre, su tía, su abuela, su otra tía, su prima, la vecina, la amiga de la vecina, la mujer del portero… y otras tres mujeres a las que no había visto nunca. Todas miraban a la novia emocionadas y sin parar de hablar: “Y yo en mi boda…”. “Y fue un día…” las palabras le entraban por un oído y le salían por el otro. La ansiedad la atormentaba. ¿Casarse? Renunciar a la libertad y a la independencia. Tener que dar explicaciones de todo. No poder disfrutar de la vida de forma inconsciente y alocada... no. Este último pensamiento lo desechó rápidamente de su cabeza. En el fondo, no estaba siendo lo suficientemente sincera consigo misma. Durante todo su noviazgo, él siempre le había dado libertad. Sabían organizarse y comprendían que hay momentos para todo: estar con la familia, con los amigos, preocuparse de tu trabajo y tus obligaciones, tiempo libre para ti solo y, por supuesto… tiempo para estar con la persona que amas. Nunca habían tenido problemas al respecto y los dos se respetaban y se daban su espacio. Algo más tranquila miró el reloj que, precisamente, él le regaló cuando estuvieron en Ginebra. ¡Ya es la hora!. Miró en todas direcciones. Tenía la sensación de que le faltaba algo. Su madre se puso a llorar y le dijo lo guapísima que estaba y lo mucho que la iba a echar de menos. La novia se puso aún más nerviosa.
Sin saber muy bien cómo, consiguió llegar hasta el coche. Al arrancar, el pánico volvió a poseerla. No, no podía hacerlo. Era demasiado joven. Y esta decisión tenía que ser para toda la vida. Daba tanto miedo la frase… y mucho más teniendo en cuenta las estadísticas de divorcios y relaciones fallidas que hay en los tiempos que corren.
La llegada a la iglesia interrumpió sus pensamientos. Los invitados la observaban y cuchicheaban. Algunos la miraban como si quisieran darle el pésame. La novia se puso histérica. Le apretó el brazo a su padre, que era quien la iba a llevar hasta el altar. Intentó preguntarle qué ocurría, pero las palabras no consiguieron salir de sus labios. ¡El novio no ha llegado! Claro, pensó, se ha arrepentido. No quiere atarse. En el fondo, es un niño que no quiere crecer y tener responsabilidades. No quiere comprometerse. Los miedos de él han sido más fuertes que el amor que me tiene… No, no y no. Quería alejar todos esos horribles pensamientos de su cabeza. Todas sus dudas eran productos de los nervios. Todo va a ir bien. Vendrá. No es la primera vez que llega tarde. Siempre ha sido un poco desastre para eso.
Vió el coche del novio y su figura desencajada ante su tardanza. Y entonces, la novia sonrió y recordó por qué estaba tan enamorada de ese hombre.

4 comentarios:

PARAPANIPLAJO dijo...

GENIAL...!.

Si has disfrutado tanto escribiendo la historia como yo leyéndola, te lo has debido pasar de maravilla!!!.

No te voy a decir que me has sorprendido por lo bien que has escrito, porque por otras entradas ya sé cómo escribes, pero sí por la rapidez en que lo has hecho.

Me ha encantado.

Y permíteme despedirme repitiendo la última frase de mi anterior comentario: escribes rematadamente bien, puñetera!.

P.D.: bien... lo último último ha sido una aportación suplementaria que no podido/querido evitar.

PARAPANIPLAJO.

Anónimo dijo...

Muy buen ejercicio pero ahora te propongo otra variante sobre el mismo tema y con las mismas reglas del juego que las dos anteriores: La Boda.
Supón ahora que hay un tercer hombre, alguien que apareció, hacía poco, en la vida de ella y fue como una ventana de aire fresco que barrió y le hizo descubrir la pesada atmósfera que había en las cuatro esquinas de la pequeña habitación de su noviazgo.
Él está allí, entre los invitados; ella lo sabe y cuando llega a la iglesia y mientras espera al novio ella ve como él la está mirando.
A) Describir sentimientos íntimos de ella.
B) Describir los sentimientos de él.
No te cortes pues vas con pantalones y a lo loco.

Laura dijo...

-PARAPANIPLAJO: Disfruto con tus retos-trabajos o trabajos-retos. Me encantan. Pero no estoy muy de acuerdo con tus elogios: no me veo muy fina últimamente escribiendo. Llevo muchas cosas en danza y el que mucho abarca...

Un abrazo.

-Anónimo, no me gusta llamarte así, pero no me das otra opción. Me parece que no eres Parapaniplajo por la forma de escribir pero, acepto el reto. Me encantan los retos y lo haría ahora mismo si no fuera porque tenía ganas de echar toda la rabia contra unos malos informadores de un periódico de 'gran prestigio' de mi tierra y porque he tenido un pequeño percance y quiero dormir (mira la hora) pero, lo dicho: acepto el reto.

Saludos.

Gracias a los dos por comentarme.

MIRANDOALMAR dijo...

Llevas razón Laura no soy PARAPA.... y yo también odio los anónimos pero aunque te pusiera mi link también sería anónimo pues no me conoces. No obstante elijo uno para ti "MIRANDOALMAR" que es lo que estoy haciendo ahora mismo mientras estoy escribiendo.
Me gustan las personas valientes y que aceptes retos porque en la vida te los vas a encontrar a pares en cada esquina y tendrás que tomar decisiones rápidas a la hora de escribir una noticia.
Me gustó tu tema y pensé cómo podía ser la noticia contemplada desde distintos ángulos del observador y se me ocurrió proponerte al "tercer hombre".
No te preocupes y tomate el tiempo que quieras, seguro que tendrás cosas mucho más importantes que hacer ahora.