"Todos los LUNES compartiendo mis sueños y pensamientos contigo"

domingo, 4 de marzo de 2012

VIAJANDO EN EL METRO

Algo irrefrenable me impulsa a escribir estas líneas. Necesito el desahogo que simplemente lo da un bolígrafo rozando un papel.

Nunca antes me había sentido tan saturada. Y eso que soy una persona que da lo mejor de sí cuando siente que “le pilla el toro”. Pero en esta ocasión creo que ya he llegado a límites insospechados. Me siento otra persona. Me he acostumbrado tanto a estar ocupada que he dejado de lado mis pensamientos, mis reflexiones interiores. Aunque no sé si esto es algo que me asusta o que me agrada. Puede que las dos cosas. A lo mejor me he cansado de darle tantas vueltas a las cosas: a lo que me pasa y me deja de pasar, a lo que hago y no hago, a esa pregunta que me martillea en constantes ocasiones y que no puedo nunca dejar de lado: “¿POR QUÉ?”.

Mil y un pensamientos me vienen a la mente en el único espacio de tiempo que he encontrado esta semana para sacarlos a la luz. Por eso, salen desordenados y sin ningún tipo de coherencia. Llevan tanto tiempo encerrados en mi interior que ahora salen y no saben hacia dónde dirigirse.

Hoy, en mi regreso a casa tras una dura jornada, llega mi momento de desconexión y “mis aliados” me han dejado en la estacada: mi mp3 se ha quedado sin batería, el libro que estoy leyendo lo tengo en casa, he olvidado traer el periódico, el móvil necesita cobertura para poder meterme a Internet… y de momento encuentro mi cuaderno… y un boli. “¿Seré capaz de escribir algo con sentido?”. “No lo sé, tendré que intentarlo”… Y empiezo a escribir sin parar.




“Próxima estación: Avenida de América”. ¡Estupendo! ¡Ya solo queda mitad de camino!. Pero no se aún si he conseguido lo que quería…

Sí, puede que sí. Últimamente he tenido que leer más libros y eso ha conseguido que mi imaginación despierte. Vuelvo otra vez, después de tanto tiempo, a levantar la vista y observar a la gente que me rodea. ¡Mira, la mujer de enfrente sí que tiene un periódico… la de al lado lee su móvil, el chico de más allá está absorto en sus pensamientos… ¿Cómo serán? Puede que estas personas tengan en común conmigo más de lo que nos imaginamos (bueno, mejor dicho, ME imagino), o que alguna vez también les pasen por la cabeza ideas tan estrambóticas como las mías. El chico se baja en Serrano. Ya queda menos. Esto de tener que hacerse la línea de metro entera es insufrible. Empiezo a marearme. Más gente entra, “súper-mega-chicas”, o sea, que hablan de sus “súper-cosas” (a veces, me gustaría tener sus mismos problemas banales)…


Argüelles. ¡Por fin! Cenita rápida, hacer la comida de mañana lo antes posible y a la cama. Con un poco de suerte esta noche tengo sueños bonitos.

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