"Todos los LUNES compartiendo mis sueños y pensamientos contigo"

viernes, 13 de febrero de 2015

DÍA MUNDIAL DE LA RADIO


Hoy es un día muy importante. Para muchos, es solo el día de los solteros, una festividad para aquellos que no tienen con quien celebrar el día de San Valentín (mañana); incluso este año coincide con el estreno en cines de una película aclamada por contar con un protagonista machista y misógino que, inexplicablemente, se ha convertido en el hombre de los sueños de muchas mujeres.

Pero no quiero hablar de eso. Para mí y otros muchos compañeros, hoy es el Día Mundial de la Radio, un día para celebrar porque la radio es un medio de comunicación maravilloso, mi trabajo, mi mejor amiga, mi gran aliada, mi amante preferida, la novia perfecta... Cada día me gusta más por lo mucho que me da. Y yo se lo intento compensar dándole todo lo mejor de mí: mi ilusión, mi esfuerzo, mis ganas de superación.

La radio se siente, se vive, se transmite, se escucha. Con la radio he aprendido la importancia del tiempo. Todo lo que puedes hacer cuando te dan unos pocos minutos para preparar tu próxima intervención. Lo importante que es condensar en segundos lo que a lo mejor podrías estar contando horas y horas.

Amo la radio porque envidio su fortaleza. Ha sobrevivido tantas tempestades… se mantuvo a raya cuando llegó la televisión intentando acabar con ella. Siguió con paso firme su camino cuando las nuevas tecnologías invadieron nuestro mundo. Ella se mantuvo mostrando su cercanía, su intimidad, su cariño. Porque ella acaricia el oído de sus fieles, te acompaña para que no te sientas solo, te informa de lo que ocurre a tu alrededor, te da la mano y te invita a que sueñes e imagines.

Incluso ahora, vista desde el otro ángulo, desde el lado en el que la radio se hace, la amo más. Un amor que incompresiblemente se ha ido intensificando con el tiempo. Ha sido mi gran sorpresa. Nunca imaginé todo lo que me podía enseñar tanto profesional como personalmente. Me ha ayudado a amar aún más el periodismo y a tener mucha más autoestima al ver que, por ella, soy capaz de hacer cosas que nunca hubiera esperado… y me encanta.

Disfruto con mi grabadora, persiguiendo a mis políticos, aprendiendo nuevas historias de superación de gente anónima, ayudando a denunciar algo injusto que le ocurre a alguien que no merece… incluso contando en antena el tiempo y el tráfico.


Por eso y por muchas otras cosas, se merece un homenaje. ¡Viva la radio! 

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