"Todos los LUNES compartiendo mis sueños y pensamientos contigo"

lunes, 1 de diciembre de 2008

LA INFANCIA


Este fin de semana me ha llegado un evento de Tuenti que trataba sobre la infancia, lo que ha hecho que recuerde esta época tan maravillosa de la que conservo las más gratas vivencias. Y es que, aunque en esos momentos no fuera consciente de ello, fue la etapa más feliz de mi vida.

Teníamos la capacidad de tirarnos horas, horas y horas sin parar, jugando a los más diversos juegos, sin que el cansancio y el aburrimiento formaran parte de nuestro vocabulario. Por supuesto, los juegos eran en la calle y no terminaban hasta que no conseguías caerte y hacerte alguna que otra herida.

Al llegar a casa, tus padres te veían con la ropa llena de porquería hasta arriba y, cuando se disponían a echarte una bronca monumental o a darte algún cachete (sí, antiguamente tus padres podían darte alguna guantada, que tampoco te venía nada mal), enseguida veían tus magulladuras y te recitaban la oración milagrosa por excelencia: “sana sanita, culito de rana, si no sana hoy sanará mañana”.

Además, los chicos tenían que estar con los chicos y las chicas con las chicas. Cómo no, yo tenía que ser la excepción que confirmara la regla: en el colegio, era la única que tenía un grupo de amigos y otro de amigas.

Pensábamos que eso de besarse en la boca era una guarrada que nunca experimentaríamos.

La mayor muestra de cariño que te podía dar la persona que te gustaba era cebarse contigo en la guerra de los globos de agua.

Tus mayores preocupaciones en tu complicada vida era si “fulanito me ha llamado tal cosa” o “menganito me ha pegado” (menos mal que nuestro gran lema defensivo “rebota, rebota y en tu culo explota” nos sacaba de muchos apuros).

Pero la mejor etapa de la infancia fue la final: la pre-adolescencia. 2º de la E.S.O. fue el año de la rebeldía, la época de hacer las mayores trastadas con los mejores amigos, la etapa en la que podías hacer lo que quisieras sin preocuparte de las consecuencias. Te dejabas guiar por los impulsos del momento, ya que no tenías nada que perder. Si hacías algo inapropiado o incluso malo, todos te excusaban diciendo: “Está en la edad del pavo y últimamente lo tiene muy subido”.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Ahora cada vez asumirás más y más responsabilidades. Es parte del juego.

Joaquin dijo...

Vaya, yo preferiría seguir siendo un niño a veces: había que estudiar menos y te divertías más, la verdad.
Yo creo que de niños somos más felices, principalmente porque tenemos menos preocupaciones.
Este próximo Domingo trataré este tema desde otro punto de vista.
Un saludo Lau y espero que estés bien!

Laura dijo...

Juan Paulus: sí, tienes razón, en la infancia vivíamos sumergidos en una inocencia motivada por el desconocimiento de las realidades de la vida. Ahora, cada vez más vamos perdiendo esa inocencia, pero no debemos dejar que nuestro niño interior desaparezca del todo, porque es el que te permite disfrutar.

Metallica: muchas gracias por tu preocupación. Sí, estoy bien. Bueno, como siempre. Con ganicas de que llegue el puente de una vez :D. Espero con ansias tus opiniones sobre el tema en tu blog.

Muchísimas gracias por comentar a los dos y saludos.

Eusebio dijo...

ahora el problema es que nos niños están superprotegidos y sólo juegan a chorradas como perros con pilas y se tiran todo el dia delante de la consola, la tele, el movil y el pc, y además si les das una colleja a un azote te denuncian por maltratador. Cuando yo era pequeño mi pasatiempo favorito era jugar por la calle, tirarme por los barrancos subido en plasticos, escalar por diversos sitios, por lo general hacer cosas bestias que me provocaban una cicatriz por semana, pero lo pasaba pipa y eso era vida. Y los azotes que me he llevao me han servido para enderezarme. Lastima que hoy la gente se ande con mariconadas, un saludo lau!

Anónimo dijo...

Muy bueno. Te cojo esto tb para el monzogo! jeje
Un saludo!!