"Todos los LUNES compartiendo mis sueños y pensamientos contigo"

jueves, 27 de noviembre de 2008

SENTIMIENTOS



De nuevo esa sensación, esa opresión en el pecho que me hace dueña de una taquicardia aún controlable. La gota ha colmado el vaso y...ya no puedo más. Odio mi orgullo, esa vocecita interior que hace que me comporte como no debería y que oculta algo mucho peor y mucho más profundo: la cobardía. La debilidad que me nubla los sentidos, la razón, el autocontrol. Escribo movida por la desesperación, porque he intentado hacerme la valiente, la chica autosuficiente e independiente, pero ya no puedo seguir engañándome a mí misma. Escribo aquí, públicamente, delante de todo aquel que quiera leerme, porque no me atrevo a hacerlo de forma privada, porque ya no puedo guardármelo dentro por más tiempo.

Pero no es mía toda la culpa (debes reconocerlo, porque tú también eres demasiado orgullosa: ya sé de quién me viene ese defecto, uno de los innumerables que tengo).

jueves, 20 de noviembre de 2008

EL PATITO FEO


Hoy quiero dedicar esta entrada a todas aquellas personas que en algún momento de su vida han sido o se han sentido “patitos feos”, marcadas por una sociedad en la que la superficialidad está a la orden del día. No os preocupéis ni desesperéis, quienes no ven vuestra verdadera belleza no son dignos de acceder a ella.
Como en este famoso cuento, muchas personas han pasado por una situación parecida: al principio, esos kilitos de más o esas imperfecciones inocultables hacían que fueras un miembro de la sociedad un tanto excluido, en el colegio se metían contigo, te veías raro rodeado de una multitud con un exterior muy superior al tuyo. Pero el tiempo pasa, ya no eres ese crío que se hinchaba a comer bocadillos de nocilla para merendar, o ese otro que vestía de forma un tanto “peculiar”, o el que salía a la calle temiendo que le
rompieran sus gafas de culo de vaso.


Ahora… has cambiado. Tu interior ha ganado la batalla de una forma tan elegante que hasta exteriormente eres mucho mejor. Ya no existen esos niños crueles que se dedicaban a amargarte los recreos y, por ello, tú mismo te sientes libre, dispuesto a aceptar que la belleza exterior es, al fin y al cabo, algo totalmente subjetivo y que, si no te sientes a gusto con tu cuerpo, harás lo posible por mejorarlo, por ponerte guapo para ti y para nadie más. Además, nadie es perfecto. Has comprendido que hasta esos defectillos que en algún momento llegaron a ser grandes complejos ahora tienen su encanto, son rasgos que te identifican. ¡Enhorabuena!. El patito feo que eras antes se ha convertido ahora en un hermoso cisne. Aunque no lo olvides. Los cisnes no le gustan a todo el mundo; pero eso ya sabes que no importa. Ellos se lo pierden.

Tom Hanks, en la película “Forrest Gump”, decía: “la vida es como una caja de bombones: nunca sabes el que te va a tocar”. Yo lo que digo es que no puedes escoger al que mejor envoltorio tenga, al que mejor pinta le veas, porque luego te puedes llevar la sorpresa o de que dentro ya no haya bombón o de que tengas que ingresar en el hospital por intoxicación. Atrévete a probar ése que no tiene muy buen aspecto. Luego será el que te guste tanto hasta el punto de crearte adicción.

(AQUÍ OS DEJO UN VÍDEOCLIP QUE ME IMPRESIONÓ BASTANTE Y QUE REFLEJA LOS COMPLEJOS QUE TE CREAN LAS PERSONAS DE TU ENTORNO. ES UNA VERSIÓN QUE HACE MOENIA, UN GRUPO MEXICANO, DE LA FAMOSA CANCIÓN DE ALASKA Y DINARAMA “NI TÚ NI NADIE”)



sábado, 8 de noviembre de 2008

EN REALIDAD… ¿QUÉ SIGNIFICA LO QUE DECIMOS?

1. La chica es simpática.
Si esa frase proviene de un hombre heterosexual… chungo, chungo. Y es que… lo siento, pero no me imagino a un grupo de chicos diciendo: “Pues fulanita tiene una belleza interior… y menganita es tan simpática…”. Lo que verdaderamente estará pensando el susodicho en cuestión es: “preferiría salir con Mª Teresa Fernández de La Vega antes que con esta tipa. A ver si logro encasquetársela a alguno de éstos”.
2. El chico es majete.
Bueno, bueno. Esto ya es otra cosa. Si ves a otro ser masculino diciendo esta frase, lo que en realidad está diciendo es: “¡qué envidia le tengo al tío éste!. Se las tiene que llevar a todas de calle y yo aquí, sin comerme un rosco”.
Si, en caso contrario, es una mujer la que dice esto sobre un chico, está empezando a gustarle (como diría una amiga: “le pica”). Un gran paso para que pueda haber algo si el chico también está por la labor (vamos, si no piensa que “es simpática”).
3. No es lo que parece.
La típica frase. La archiconocida. Y es que… ¿quién no la ha oído alguna vez, en alguna película donde el/la cornudo/a descubre a la pareja con su amante?. Aquí, el único significado existente es que el sujeto pillado, fuertemente sorprendido, no encuentra ninguna disculpa aceptable ante lo ocurrido y, por ello, se ve obligado a utilizar una expresión que, además de burda, es humillante hacia la persona engañada.
4. ¿Nos conocemos de algo?.
Sí, claro que sí. Seguro que la gran cantidad de alcohol en sangre te ha hecho tener una memoria prodigiosa como para acordarte de que hace mil años un amigo común nos presentó, o que nos cruzábamos por la calle muy a menudo, o que me parezco a alguien que no ves desde hace mucho tiempo. Seguro que lo que tomas cuando sales, en vez de calimocho o cerveza, es un potente licor de rabos de pasas para mantener esa memoria de elefante.
¡Vaya forma de ligar!. ¡Cúrratelo un poquito, tío!.
5. Estoy pasando por un mal momento…
No sigas, no sigas. Déjame terminar la frase: “…y necesitas de algún alma caritativa, a ser posible del sexo contrario, que te ayude a superar el mal trance por el que pasas”. Pobrecito mío. Serás capaz de decirme que los 500 amigos con los que te he visto hace 5 minutos son solamente “colegas” con los que sales por ahí a tomar algo para no quedarte sólo en casa y que tu tristeza inunde las 4 paredes de tu hogar.


6. Ya te llamaré.
Cuando alguien te diga esto… ¡tiembla!. Esta expresión, además de ser coloquial en una entrevista de trabajo fallida, suele emplearse para dar la patada a alguien que no quieres volver a ver. “Le digo esto, a ver si me deja en paz de una vez y se olvida de mí”. Lamentable pero cierto: tienes nulas posibilidades de volver a ver a la persona que te lanzó ese hechizo destructivo.
7. No eres tú, soy yo. Démonos un tiempo.
Algo un poco más elegante de dejar a tu pareja, ya que al menos intentas suavizar un poco la dura opción que has elegido. Pero, a la vez, no conozco ninguna otra expresión que sea capaz de decir tanta mentira junta en tan sólo 8 palabras: por supuesto que eres tú, algo has hecho que en su opinión ha cambiado lo que sentía por ti o algo no has hecho que ha producido que se apague la llama; además, ese tiempo del que habla (si es que de verdad existe) será muy muy muy largo.
8. Como tú veas.
Frase que avecina un huracán, una pelea de pareja. La chica, un poco celosa de que su chico no le dedique todo el tiempo que ella desearía, intenta lanzarle esta indirecta cuando él le empieza a contar posibles planes con sus amigotes. Él, con su típica simpleza e inocencia, creerá que ella es lo suficiente comprensiva y generosa como para dejarle total libertad. Sin embargo, ella está tan enfadada que aprovechará la mínima oportunidad para restregártelo en la cara (si al final decides hacer esos planes con los colegas) en la siguiente discusión.
9. Era ella la que se me quería meter por los ojos.
Ahora va a resultar que la fémina en cuestión abusó de ti, te puso una pistola en la cabeza y te obligó a tener con ella “más que palabras”. Mientras esta desgracia ocurría, seguro que él estaba pensando en su chica, en el sufrimiento que tenía por el daño que le estaba haciendo sin que ella se enterara… ¡¿Cómo en pleno siglo XXI aún puede existir una frase tan machista?!.
10. Yo sólo tengo ojos para ti.
Oyendo esto es como me doy cuenta de por qué se suele decir que “el amor es ciego”. Al parecer, aparte de serlo tanto como para hacer que te estrelles contra la pared de enfrente, lo es también como para que no puedas ver a cualquier persona de sexo opuesto que no sea tu pareja y que se cruce contigo. ¡Ya!. Será por eso por lo que miran de esa forma tan insistente, para ver si mirando más de 3 minutos seguidos y sin pestañear, la vista les va a volver de nuevo, como cuando eran solteros/as y sin compromiso.

miércoles, 5 de noviembre de 2008

EL SUEÑO AMERICANO

Es la respuesta pronunciada por los jóvenes y los ancianos, ricos y pobres, demócratas y republicanos, negros, blancos, hispanos, indígenas, homosexuales, heterosexuales, discapacitados o no discapacitados. Estadounidenses que transmitieron al mundo el mensaje de que nunca hemos sido simplemente una colección de individuos ni una colección de estados rojos y estados azules. (Barack Obama)


A las 7 de la mañana mi madre no pudo más. Me despertó emocionada diciéndome: “Lauri, a las 10 de la noche en EEUU, 5 de la mañana en España, he podido ver algo que siempre soñé y que nunca imaginé llegara a suceder. ¡Estados Unidos tiene un Presidente negro!. ¡Obama ha ganado!”. Muerta de sueño logré balbucear con una sonrisa: “¿Si?, ¿ya se sabe?”. “Sí, me contestó ella, y lo mejor es que me ha gustado el discurso de McCain. Allí sí hay ganador y perdedor, y el perdedor lo asume. No es como en España que, en la noche electoral, todos han ganado”. Se ha ido despacio de mi lado, como comprendiendo que aún era temprano, porque hoy no tenía clases, y no estaba preparada para escucharla con claridad.
Ella, una mujer de cuarenta y tantos años, siguió, allá por el año 1.979 -como un alto porcentaje de españoles de su época-, la serie de RTVE “Raíces” (Roots), basada en la novela del mismo título de Alex Haley. La historia narra la vida de varias generaciones de una familia: desde la captura, en Gambia, de Kunta Kinte, por unos negreros que lo llevan en barco hasta América donde es vendido como esclavo -hombre rebelde hasta el final de sus días, que nunca quiso renunciar a su nombre-, hasta llegar a su descendiente Gallo George, ciudadano negro libre en Estados Unidos.
Fue tan impactante para ella que sólo pensó, desde ese momento, que le gustaría ver con sus propios ojos lo que ha sucedido esta madrugada…
A Obama, en su primer discurso como Presidente electo, no se le veía feliz. Se notaba en su rostro la enorme responsabilidad que pesa, desde hoy, sobre sus espaldas. Era una alegría contenida. Se encuentra un país, primera potencia mundial, bajo mínimos; con tres guerras abiertas –Irak y Afganistán-, y la crisis. Los problemas son muchos: paro, sanidad, educación. Tiene que hacer una lista de prioridades y habrá gente a la que decepcione, “porque el camino será lento y empinado”; pero su victoria ha sido, por lo general, bien recibida por la comunidad internacional y él tendió la mano a todos (a excepción, por supuesto de “aquellos que derrumbarían al mundo: os vamos a vencer”). Todos tendrán que arrimar el hombro, y sufrir para salir adelante… (¿y nosotros?).
Había necesidad de un cambio. El cambio empieza a partir de hoy.
No olvidemos algo: todos somos parte de este planeta, nuestro destino es compartido. No lo destruyamos.

lunes, 3 de noviembre de 2008

LA ENVIDIA



El pasado 28 de octubre Arturo Pérez-Reverte dio una conferencia en la Cámara de Comercio de Murcia. Por desgracia yo no pude ir pero, este fin de semana, una amiga me comentó que ella sí había acudido.
Pérez-Reverte, además de hablar de su nuevo libro “Un día de cólera” (basado en las batallas hispano-francesas del Levantamiento del 2 de Mayo), criticó la fuerte envidia que sentimos las personas, pero no por lo que tiene el de al lado, no por inconformismo, sino porque, como lo tiene, queremos arrebatárselo.
Sí, Arturo, sí. Tienes toda la razón. Los más de 6.500 millones de habitantes del planeta sentimos envidia del otro por cualquier cosa, por muy pequeña que sea: los rubios quieren ser morenos, los morenos prefieren ser rubios, los casados quieren la libertad, los solteros están cansados de estar solos…y así podrían continuar eternamente. Todo se debe a que nunca estamos contentos con lo que tenemos porque todo nos sabe a poco. Y es que cuanto más tenemos, más queremos. Si nuestro compañero tiene algo, nosotros tenemos que tenerlo también y si es posible, que sea mucho mejor.
Creo firmemente que la definición de envidia se ha degradado con su uso, ya que solemos utilizarla con una carga peyorativa, cuando en realidad, las dos acepciones del DRAE no lo son. Tener envidia no es un sentimiento malo, solamente que a veces no sabemos controlarla.
Esto es lo que hace que existan diferentes clases de envidia. La mejor es la que popularmente conocemos como “la envidia sana”. Cuando la persona que tenemos al lado está pasando por un buen momento, por una etapa de su vida satisfactoria e incluso feliz, nosotros experimentamos ese sentimiento de “envidia sana”: nos gustaría que eso nos pasara a nosotros mismos pero, a la vez, sentimos alegría profunda porque esa persona es alguien importante en tu vida y deseas que sea feliz.
Desde aquí, quiero hacer un llamamiento a todo el que lea esto. El mundo ya está muy deteriorado para que encima lo destruyamos con sentimientos como una envidia insana y desmesurada que va unida con el odio al prójimo.
Aportemos nuestro granito de arena para evitar estropear el mundo con sentimientos que lo único que hacen es hacernos daño de forma innecesaria.