"Todos los LUNES compartiendo mis sueños y pensamientos contigo"

sábado, 11 de abril de 2009

CUENTOS DE HADAS

A veces, en momentos de debilidad, seguimos creyendo en cuentos de hadas. La niña que tienes muy escondida todavía en tu interior, dormitando sin parar debido a su larga vida, se despierta para hacerte creer de nuevo en todas esas historias que le fascinaban, esas historias tan diferentes y dispares productos de Disney que siempre tenían la misma estructura: chica guapísima conoce a un caballero andante guapísimo del que termina enamorándose en cuanto lo ve (casualmente, a él le ocurre lo mismo con ella) y los dos terminan viviendo felices y comiendo perdices.

La niña (ay, ¡qué ilusa!, pobrecita) cree en todas esas historias, cree que todo eso puede ocurrirle a ella también… ¿por qué no? piensa mientras va por la calle y ve a esas parejas de jóvenes sentados en un banco dándose abrazos y besos. Algún día esa niña sabe que dejará de jugar al escondite y al pilla-pilla con sus amigos del cole y cree que su príncipe llegará en su caballo a liberarla de su prisión. Vuelvo a repetir: pobrecita. Cómo pudo dejarse engañar todos esos años por estas historias que su mamá o su papá le contaban cuando era la hora de dormir, para que pudiera conciliar el sueño feliz e ilusionada ante la idea de que un día ella sería la protagonista de tan románticas aventuras. Todo se veía tan fácil…

Pero nadie le advirtió con tiempo:

Nadie le dijo que si chico guapísimo se fija en chica guapísima no es precisamente por la belleza interior que desprende y que esas historias superficiales no duran más de dos días

Nadie le dijo que a ese sentimiento no se le llama precisamente amor, porque para amar se necesita algo más que
un baile hasta las 12 de la noche en una fiesta de la realeza o más que un ratito con un chico en el campo mientras cantas “eres tú mi príncipe azul”



Nadie le advirtió de que la felicidad no es un estado eterno y duradero

Nadie le dijo que con amar y ser correspondido no es suficiente

Nadie le advirtió de que es necesario cultivar ese amor día tras día pacientemente para evitar que se muera

Nadie le dijo que existen muchos otros obstáculos que te impedirán estar con el príncipe azul y que no es precisamente la diferencia de estrato social el más complicado

Se creyó al que tuvo la mala leche de decirle “el miedo no existe” al comprobar que no había ningún ser paranormal escondido debajo de su cama o detrás de la cortina

Nunca se paró a pensar que las perdices se te pueden atragantar mientras te las estás comiendo… o que te pueden sentar mal pasado un tiempo.

Esa niñita fue poco a poco perdiendo fuerza y quedó escondida para siempre en un rincón de tu interior; pero ella, insistente, quiso salir de nuevo a la superficie para terminar volviendo a perder. Lo peor (o lo mejor) de todo es que esa niña es inmortal y nunca se cansará de jugar, a pesar de todas las partidas perdidas que ha vivido ya. Ella ha salido derrotada en casi todas sus batallas pero la guerra aún no ha terminado.

5 comentarios:

Joaquin dijo...

Suele pasar. Cuando somos jóvenes, nos dicen que el mundo es de color de rosa.
El problema de esto es que, cuando creces, empiezas a ver que, cuando te haces adulto, el mundo NO es de rosa: hay que trabajar, por ejemplo, y más centrándome en tu post, en el amor puede pasar cualquier cosa.
Por mi experiencia, la vida me ha enseñado que, por mucho que planees algo, nunca saldrá igual que como tú querías que saliera.
Un saludo Lau y, como siempre, genial post!

Laura dijo...

Tienes razón. Cuando somos críos nos lo pintan todo demasiado bonito y eso hace que luego los batacazos que nos damos sean más duros. No se puede vivir entre algodones siempre porque tarde o temprano hay que salir al mundo real.
Gracias por tus palabras. Un beso!!

Anónimo dijo...

Nuestra generación se ha criado con la educación de Disney: principes, princesas, amor... bah! cada día estoy más de acuerdo con la teoría de los anti-cuentos del moreno jeje. Consiste en contar a los niños cosas tristes para que luego la realidad no les decepciones, y que si les pasa algo bueno les sorprenda.
Pero yo que se... creo que tampoco está de más soñar, aunque no hay que pretender que tu vida se convierta en un sueño...
Saludos!!

Laura dijo...

Jajaja. Me imagino a Moreno contándole a un niño alguno de sus relatos y... pobre niño!!! terminaría traumatizado para toda la vida y necesitaría una buena terapia psicológica XD
Tienes toda la razón. Es bonito soñar de vez en cuando pero nunca puedes olvidar que los sueños no son la realidad.
Muchas gracias por tu comentario.Un beso.

Carolina dijo...

"El más difícil no es el primer beso, sino el último".