¿No es la vida como un juego?, ¿no tiene bastante parecido con estas formas de entretenimiento que tantas horas y horas de vida nos pueden hacer perder? A lo mejor, lo que nosotros definimos como “destino” en realidad es un videojuego, uno de esos que tanto enganchan en cuanto los pruebas y que consiste en pasar y pasar pantallas, niveles de dificultad. Sí… a lo mejor ésta es la verdadera respuesta. Puede que nuestra vida se base precisamente en eso, en pasar niveles, que todos juguemos el mismo juego (el juego de la vida) y que eso haga que muchas situaciones que vivimos sean iguales o parecidas a las de otra persona.
Entonces… ¿qué es lo que nos diferencia?. Si todos estamos jugando a lo mismo ¿qué es lo que hace que nuestras vidas sean diferentes?. Pues sí, es verdad: nosotros mismos, nuestras tácticas de juego, conocer las trampas que hay en cada rincón de cada nivel; y sí, por supuesto, para tener esta sabiduría hace falta mucha práctica, muchas vidas perdidas en el camino, muchos “game over” con mal sabor de boca y que hubieran aparecido precediendo a nuestro pensamiento: “justo ahora que estaba a punto de pasarme esta pantalla tan difícil… ahora tendré que volver a empezar”… ¡Exacto! Volver a empezar. Eso es lo más difícil: conseguir recordar todo lo que ya habíamos vivido para intentar no volver a equivocarse en los mismos sitios. Porque, a pesar de ir con el máximo cuidado, de haber sido una persona precavida y haber conseguido todas las vidas posibles, cuando menos lo esperes puede aparecer "uno de los malos" al que tendrás que eliminar para poder seguir avanzando… y si aparece demasiado de sopetón, puede conseguir que tengas que empezar otra vez. Tienes que ser más rápido y más audaz.
Llegado el momento, después de mucho tiempo obsesionado con el juego, un estado de excitación puede hacerte creer que lo tienes dominado, que ya estás en la última pantalla y que te queda muy poco para pasártelo. Y puede que sea así, puede que lo consigas, a lo mejor llegas a la meta después de muchos esfuerzos y muchas horas seguidas jugando. Pero no olvides que esos estados duran poco, que tras los subidones de adrenalina vienen los bajones y que, si es difícil llegar a la cima, mucho más difícil es mantener un listón tan alto mucho tiempo.
6 comentarios:
Siempre hay que reinventarse, siempre dar otra vuelta de tureca al asunto.
El destino está escrito, pero yo tengo "tipex". ; )
Un abrazo
¿Existe el destino?...
¿o en realidad hemos inventado esta palabra para poder justificar de forma hipócrita nuestros errores?...
Vaya suerte la mía (será el destino ;): Me vengo "huyendo" de un debate y me meto en otro; aunque éste es más complejo, porque es un debate contigo misma.
Nunca vamos a saber si hay un destino predeterminado. Nunca. Cualquier teoría que quieras aplicar, te vuelve a llevar al inicio de la reflexión...
Lo que sí encuentro tremendamente original tu idea de vida como un juego. Recuerdo, concretamente, el Super Mario Bross. ¡Qué gustazo cuando te hacías grande e ibas aniquilando a los malos y rompías ladrillos que te llevaban al tesoro (monedas)!... ¡o cuando conseguías fuego!
Si fallabas, efectivamente, podías empezar de nuevo, pero ya sabías dónde estaban los "premios y los castigos", e ibas pasando de nivel, subías al superior.
Pero, en nuestra vida real... ¿Cómo volver hacia atrás para eludir el peligro o coger el amuleto que te ayudará a continuación?. ¿Cómo le damos al botón de empezar el juego de nuevo?.
Mil besos, Laura.
Un atasco en la carretera volviendo a casa. Las 6 y cuarto... bip bip bip.. el despertador un lunes laborable. Miro por la ventana y llueve: no puedo coger la moto. Mis hijos adolescentes. Una colleja. Mi jefe en plan borde. Olor a coliflor por toda la casa. Mi suegra en casa todo el finde. Un dolor de muelas. El Real Madrid.
No me digas que es un juego... POR FAVOR... ¿DÓNDE TENGO EL “OFF”?...
Mi moto y yo en una comarcal. Meterse en la cama antes de un festivo .Vacaciones. Un cielo despejado. Un buen libro.. Mis hijos adolescentes (a veces saltan del debe al haber). Un beso. Valeee... mi jefe cuando está majete. Un bocata de jamón pata negra. Mi suegra a mil quilómetros. Mearse de risa. El Barça.
No me digas que es un juego... POR FAVOR... ESCÓNDEME EL “OFF”...!!!!
Ya sabes que no creo en que haya un destino prefijado: creo que cada uno lo va forjando, en el camino de la vida, con nuestras acciones. Porque que un destino esté prefijado implica que no tengamos capacidad de elección, y eso NO es así.
Muy buen post, me ha gustado. Un saludo Laura!
Supersalvajuan: sí, tienes razón: REINVENTARSE... pero es que a veces cuesta tanto!!!!
Tony: en qué tiendas venden ese tipo de tipex?? (valga la redundancia) :D Otro abrazo para ti
Mar: las grandes dudas de la humanidad quedan expuestas, verdad?. Otros mil besos para ti.
Parapaniplajo: no hace falta que te esconda el off... simplemente ni lo mires y disfruta de tu segunda opción (o pantalla, como quieras llamarlo). Y cuando quieras darle al off... es que el botón es traicionero y muchas veces se atranca. Pero sigue estando en su sitio de siempre.
Metallica: yo creo en la combinación del destino y de nuestras acciones. Y a esa combinación creo que lo mejor que la define es mi teoría de que la vida es como un videojuego. Un saludo
Muchas gracias a todos por pasaros y por ser capaces de comentar.
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