"Todos los LUNES compartiendo mis sueños y pensamientos contigo"

lunes, 26 de abril de 2010

TE ADMIRO

Ahora mismo tengo 21 años. Los mismos que tú tenías cuando te casaste. Por eso, lo considero una locura. Hiciste una locura. Pero, al fin y al cabo, fue tu locura. La locura de una chiquilla joven e ingenua que estaba muy enamorada y dejó su brillante futuro académico por amor. Querías formar una familia. Soñabas con ser madre.

Por eso siento esa admiración por ti. Porque luchaste durante más de 13 años por cumplir tu sueño. Y nunca, nunca, cesaste en tu empeño. ¡Deseabas tanto ser madre!… Veías a tus dos hermanos, el pequeño y la mayor, que conseguían ser padres cuando ni siquiera lo deseaban con tanta fuerza como lo deseabas tú. Y en lugar de sentir rabia, impotencia o incluso envidia, lo único que podías sentir era una alegría inmensa. Tú fuiste la primera persona que me quiso cuando supiste que iba a venir al mundo. Y puede que por eso seas para mí esa segunda madre que siempre ha estado y está ahí para cualquier cosa que necesite. Porque sé que yo también fui para ti esa primera hija que aún no podías conseguir.


Pero, al final, todos los esfuerzos de la gente buena son recompensados y, por suerte, el mundo no es tan injusto como parece. En 1995 conseguías concebir a tu primer bebé. Podías por fin experimentar lo que es tener vida en tu interior. Tener tus propios hijos. Fuiste siempre tan valiente como para seguir luchando por ello. Y, al final, conseguiste a una hija y a un hijo preciosos a los que quiero como si fueran mis hermanos. No podía ser de otra manera teniendo en cuenta que tú eres como otra madre para mí.

Y vuelves a sorprenderme. Vuelve un nuevo motivo para sentir admiración por ti. A pesar del paso del tiempo, de que eres una mujer madura con dos hijos de 14 y 10 años y que tiene un trabajo estable del que no se puede quejar, decides retomar lo que dejaste a medias. Para satisfacción tuya personal. Después de más de la mitad de tu vida pensando siempre en los demás y haciendo siempre cosas para ayudar a tus seres queridos, vuelves a pensar en ti. Vuelves a demostrar ser esa persona fuerte y valiente a la que tanto quiero. Sin miedo a la edad. Sin miedo a que el paso del tiempo haya podido hacerte perder tus facultades de aprendizaje y memorización, decides terminar tu carrera de Derecho, ésa que hace 27 años dejaste por un hombre.

Ahora eres mujer, esposa, madre, trabajadora, ama de casa y, además, estudiante. Y a pesar del estrés de llevar a la vez todas estas obligaciones, sigues adelante. Porque es algo que siempre te ha caracterizado y lo sigue haciendo. Esa valentía y esa fortaleza de espíritu que muy pocas personas en el mundo conseguís tener.

¡Me siento tan orgullosa de ti! Muchas gracias. Gracias por ser ese referente al que tanto me gustaría parecerme.

2 comentarios:

Nany dijo...

Millones de gracias Laura.
Después de leer tu entrada y aún secándome las lágrimas, no creo merecer tantos elogios.
Quizás sea porque tú me quieres a mí, casi tanto como yo te quiero, ves cosas buenas, pero de verdad que no lo merezco.
Es cierto que siempre te he querido como a una hija, a cualquier compañera mia que le preguntes siempre digo lo mismo. Laura no es una sobrina, para mi es algo más, es como una hija, la quiero exactamente igual que a mis hijos.
No hace falta que te diga lo que te quiero y lo que he sentido con tu entrada.
Gracias por dedicar un precioso tiempo tuyo para escribirme a mi. Jamás lo olvidaré. Creo que de todas las cosas materiales que tengo, la única que estará en mi mesilla de noche cuando me muera, será una copia de esa entrada.
Nadie me había dedicado jamás algo tan bonito.
Estoy emocionada y me da pena no ser estudiante de periodismo para poder expresarte ahora mismo todo lo que siento y darte las gracias en condiciones; pero como me conoces te lo digo de la forma que torpemente me sale ahora.
MUCHÍSIMAS GRACIAS LAURA. TE QUIERO MUCHO.

Mar dijo...

Un beso enorme a las dos...

(¿Por qué estaréis tan lejos, pij...? ¡Os echo tanto de menos!)