"Todos los LUNES compartiendo mis sueños y pensamientos contigo"

lunes, 15 de junio de 2015

CUANDO TIENES ALGO QUE PERDER


¡Qué miedo da la felicidad! Mucho, mucho miedo. Te acercas a ella de puntillas, como si estuviera dormida y no quisieses molestarla, no vaya a ser que tenga un mal despertar.

La miras y la ves tan hermosa… “¿Dónde has estado toda mi vida? ¿Por qué estabas tan escondida?”, te gustaría preguntarle. Pero no te atreves a hablarle, no vaya a ser que la respuesta no te guste.

Porque tú siempre la has deseado pero, ahora que la tienes cerca, no sabes lo que pensará de ti. ¿Y si es un amor no correspondido? ¿Y si incluso me aborreciera? ¿Y si yo fuera otra de sus conquistas pasajeras? La simple idea te hace un nudo en el estómago y te da un gran vuelco el corazón. Respiras hondo, buscando oxígeno, y notas lo mucho que te cuesta encontrarlo de nuevo.


Porque la felicidad es más difícil alcanzarla cuando ya la conoces. Antes solo la veías como una utopía, algo con lo que soñabas para dar a tus días un sentido. Porque siempre hay que tener una meta en la vida, algo con lo que entretenerla, aunque solo sea en tu imaginación. Y así también le dabas algo de picante a tu existencia. Pero el amor duele, duele tanto… porque sabes que ahora sí que tienes algo que perder. Y esa es una de las peores sensaciones que te pueden pasar.

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