La felicidad es disfrutar de lo que sientes con y por esa persona que hace que te eleves por los aires, que te trata con cariño, pasión, dulzura, locura y ternura... todo al mismo tiempo. Estar feliz es querer que nadie lo sepa, para que ninguna persona que no seas tú o él pueda experimentar algo así (no vaya a ser algo que se gaste si lo usa demasiada gente). Felicidad es estar todo el día con la sonrisa boba en el rostro, acostarte y levantarte pensando siempre en él, recordando mil cosas buenas que os han pasado e imaginándote otras mil que aún no habéis vivido. Ser feliz con él es haceros una foto juntos, pero simplemente para tenerla tú, muy cerca de ti, a mano, y poder recurrir a ella cuando él no pueda estar contigo y tú necesites tenerlo a tu lado. La felicidad es sacarle una sonrisa, no digamos ya una carcajada sonora, intensa, que puede retumbar dulcemente en tus oídos durante minutos. La felicidad es miraros a los ojos en silencio, diciéndoselo todo solo con la mirada, utilizando ese lenguaje vuestro, privado, que nadie más conoce. Ser feliz duele porque es fácil acostumbrarse a lo bueno y, ahora, sí que tienes algo que perder; porque "el que no arriesga, no gana"... es verdad, pero en esta ocasión no te puedes permitir perder. Sabes que algo en tu interior te lo recomienda.
lunes, 27 de julio de 2015
¿ERES FELIZ?
La felicidad es disfrutar de lo que sientes con y por esa persona que hace que te eleves por los aires, que te trata con cariño, pasión, dulzura, locura y ternura... todo al mismo tiempo. Estar feliz es querer que nadie lo sepa, para que ninguna persona que no seas tú o él pueda experimentar algo así (no vaya a ser algo que se gaste si lo usa demasiada gente). Felicidad es estar todo el día con la sonrisa boba en el rostro, acostarte y levantarte pensando siempre en él, recordando mil cosas buenas que os han pasado e imaginándote otras mil que aún no habéis vivido. Ser feliz con él es haceros una foto juntos, pero simplemente para tenerla tú, muy cerca de ti, a mano, y poder recurrir a ella cuando él no pueda estar contigo y tú necesites tenerlo a tu lado. La felicidad es sacarle una sonrisa, no digamos ya una carcajada sonora, intensa, que puede retumbar dulcemente en tus oídos durante minutos. La felicidad es miraros a los ojos en silencio, diciéndoselo todo solo con la mirada, utilizando ese lenguaje vuestro, privado, que nadie más conoce. Ser feliz duele porque es fácil acostumbrarse a lo bueno y, ahora, sí que tienes algo que perder; porque "el que no arriesga, no gana"... es verdad, pero en esta ocasión no te puedes permitir perder. Sabes que algo en tu interior te lo recomienda.
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