
martes, 1 de noviembre de 2011
LOS NIÑOS

viernes, 30 de septiembre de 2011
D.E.P.
Abuelo, mientras busco consuelo y fuerzas para hacerte un pequeño homenaje, dejó aquí el reportaje que te hice hace unos dos años y medio para la universidad, cuando hablé de tu experiencia durante la Guerra Civil española. Te quiero y siempre te querré. Descansa En Paz.
Él acaba de cumplir 90 años. Con casi un siglo a sus espaldas, ha vivido una guerra civil y una posguerra muy duras. Ha visto morir a todos sus hermanos, a sus padres y a su mujer. Ahora, disfruta de su longevidad en un piso de Murcia, cercano a las viviendas de sus dos hijos. Este cartagenero, que lleva dos años y medio viviendo en Murcia desde la muerte de su mujer, tiene algunas lagunas mentales propias de la edad; pero los detalles de su experiencia de la guerra civil los tiene grabados a fuego en su memoria y sigue emocionándose al revivir sus andanzas.
La etapa de la guerra.
En enero de 1936 terminó el bachiller. Pocos meses después, al iniciarse la Guerra, en julio del mismo año, empezó a movilizarse. Contactó con Don Juan Tudela, teniente coronel de Cartagena de las intendencias del Ejército y amigo íntimo de su familia, pero ya no quedaban plazas disponibles en el cuerpo encargado del suministro alimenticio y armamentístico del Ejército.
Unas semanas más tarde, el hijo del casero vecino suyo, Pedro León, como trabajaba de chofer se enteró de que si a Salvador le interesaba ser voluntario en la guerra tenía otra opción: hacer un curso de seis meses para formarse como “especialista armero de aviación” y después aprobar un examen. Al tener todavía 17 años y ser menor de edad tenía que inscribirse adjuntando un permiso de los padres.
Debido a las cosas de la guerra, que iban mucho más rápidas de lo previsto, obtuvo su título de armero cuando sólo llevaba algo más de la mitad de lo previsto en el curso (unos tres meses y medio de los seis convenidos). Le tocó entrar entonces en escuadrillas (grupos formados por unos 12 aviones normalmente), en el sector de bombardeo. Su función era controlar el correcto funcionamiento de las bombas y armas que llevaban en los aviones. “Hubiese preferido estar en las escuadrillas de caza, porque allí se trabajaba mucho menos”, confiesa entre risas.
Recuerda con claridad que en su escuadrilla les tocó trabajar con rusos. “Eran buena gente, pero se regían por las órdenes de sus superiores, quienes no les permitían entablar mucha amistad con nosotros”. A pesar de ello, añade que mantuvieron buenas relaciones y que se comunicaban gracias a un intérprete que, curiosamente, era una mujer.
Comenzó la guerra como cabo armero y según lo estipulado al año se le ascendía de categoría. Pero la guerra terminó justo cumplido dicho plazo.
Final de la guerra.
Al acabar la guerra le destinaron al Monasterio de los Jerónimos para la depuración política. Él se había visto obligado a estar en el bando republicano, a pesar de ser partidario de Franco. “No hicieron bien las cosas. Necesitaban colocar a la gente y nos ponían donde primero pillaban. Es muy duro tener que luchar contra personas de tu misma ideología política; pero fue lo que me tocó”.
Tiene muchos recuerdos de su experiencia en Los Jerónimos, ya que a pesar de estar solamente unos pocos días vivieron muchos acontecimientos: todo había sido arrasado por la guerra. Tan sólo se encontraba el edificio con algunas camas y rodeado de huerta. El Monasterio como tal había desaparecido, no quedaba ni un solo resto de símbolos religiosos y ellos tenían que defender el territorio conquistado. “Teníamos que bajar a Murcia a patrullar por las calles con nuestro fusil al hombro. No sabes lo que se siente cuando la gente te aplaude, te saluda y te vitorea porque te confunde con las autoridades”, dice mientras se le iluminan los ojos.
Su estancia en Los Jerónimos terminó porque se escaparon: “desde que comenzó la guerra sólo volví a mi casa una vez. Por ello, cuando me destinaron a Los Jerónimos me puse muy contento, ya que me encontraba más cerca de los míos; pero a los pocos días, como vimos que allí no nos controlaba nadie, decidimos abandonar y regresar por nuestra cuenta con nuestros familiares”.
Consecuencias de la guerra.
Una de las peores cosas que recuerda de la post-guerra es el pan negro que les daban para comer, lleno de una serie de ingredientes de muy dudosa calidad y procedencia. Pero la guerra era lo que tenía. Había que alimentar a miles y miles de personas. Por eso, piensa que una guerra civil es mucho peor que una guerra entre naciones: “En la Guerra Mundial, por ejemplo, sabes que si de un bando caen 500 personas del otro habrán caído aproximadamente las mismas; mientras que en un enfrentamiento civil, si mueren 500 republicanos y 500 franquistas en realidad son 1.000 pérdidas efectuadas y mil familias de un mismo territorio de las que hay que ocuparse” dice entre lágrimas.
En su caso concreto, también pasaron muchas calamidades. Tenían una ferretería familiar en el conocido barrio de “El Carmen” en la ciudad de Cartagena (que existió hasta finales del siglo XX) y tardaron cerca de un par de décadas en restablecerse económicamente por completo.
Pero no todo son penurias. Recuerda con alegría y emoción la sensación que lo embargó cuando vio por primera vez desde que empezó la guerra a monjas vestidas con sus hábitos, fuera de peligro después de lo que habían sufrido durante la persecución a la que fueron sometidas esos tres últimos años. Y es que, como buen cartagenero, siempre ha estado atado fuertemente al mundo procesionario de la ciudad, siendo actualmente el Mayordomo más antiguo de la Cofradía California.
jueves, 25 de agosto de 2011
AMAR
En el trabajo, cuando me levanto y cuando me acuesto, a pesar de estar separados físicamente, me acuerdo de ti siempre. Con las llamadas y mensajes que nos intercambiamos, descubro que a los dos nos pasa lo mismo: llevamos apenas unas horas separados, a veces incluso simplemente unos minutos, y ya nos echamos de menos.
Descubro que aunque consiga estar las 24 horas del día contigo, no dejo de verte y contemplarte. Aunque pasen horas y horas, no me canso de tu presencia y descubro la belleza del silencio... no me importa el silencio. Hasta eso quiero compartir contigo, porque me has enseñado que los silencios son hermosos y que son incluso mejor cuando van acompañados de tus caricias, tus besos y tus abrazos. Me gusta estar acompañada de ti en esos momentos de paz y tranquilidad, saber y sentir que estás sentado a mi lado.
Te busco en la cama. Aún entre sueños alargo levemente el brazo y ya puedo tocarte, porque estás a escasos centímetros de mí (a veces, son solo milímetros o incluso estamos pegados, rozándonos o tocándonos). Cuando te busco con la mirada, puedo intuir tu sombra acostada junto a mí y comprobar lo guapo que estás mientras duermes, inocente y totalmente ajeno a mis pensamientos. Puedo notar tu respiración y estudiar tus movimientos mientras respiras acompasadamente.
Soy feliz cuando sonríes, cuando ríes... en definitiva, cuando tú eres feliz. Simplemente verte contento me produce una felicidad difícil de definir ni de describir. Y dicha felicidad que siento se incrementa cuando sé que yo soy quien te ha provocado ese estado, ese arranque repentino y momentáneo que me gustaría que durara toda la vida.
Me encanta que me hagas descubrir comidas y sabores nuevos, hacer contigo nuevas actividades, que me muestres todo un abanico de posibilidades nunca antes conocidas por mí o que antes no sabía o no imaginaba que fueran a gustarme.
Disfruto simplemente con que un leve roce tuyo me estremezca de arriba a abajo como una descarga eléctrica... y comprobar que a ti te ocurre lo mismo.
Me gustan esos momentos en los que me siento confiada y, casi de repente, a veces como si no viniese a cuento, dejándome llevar, me abro a ti. Te cuento mis cosas, TODAS, desde las más insignificantes hasta cosas tan importantes y secretas que nunca se las habría contado a ninguna otra persona. Y mientras lo hago me miras, me escuchas, me acaricias, me apoyas. Y me dejas que yo haga lo mismo contigo.
martes, 9 de agosto de 2011
NO QUIERO DORMIR
Ahora, todo lo malo no existe. ¿Qué cosas había malas? Solo pienso en lo bueno, en lo que me ha regalado la vida, en lo que yo misma he conseguido gracias al apoyo de mi gente, en la gran etapa que estoy atravesando, en esa persona que hace que todos los días me levante con nuevas alegrías e ilusiones.
Y me siento fuerte y capaz de dominar el mundo contra viento y marea. Y por eso no quiero dormir, porque temo que mañana esa fuerza se haya evaporado.
jueves, 21 de julio de 2011
PRECIPITÁNDOSE AL VACÍO
domingo, 10 de julio de 2011
DILEMA CORNELIANO

viernes, 3 de junio de 2011
LOS CINCO SENTIDOS

viernes, 20 de mayo de 2011
INSOMNIO
lunes, 9 de mayo de 2011
Y TODO TERMINA

A veces, la vida es tan sorprendente que no sabes cómo reaccionar ante ella. Una noche, de repente, alguien se cruza en tu camino y consigue que tu vida cambie. Que todo tenga sentido. Que sientas que al fin has encontrado ese aliciente y el ingrediente que faltaba en tu vida para ser una persona renovada, llena de ilusiones, feliz. Te sientes querida y amada. Y para colmo tú amas y quieres a esa misma persona. La simbiosis que se produce es tal que crees que toda tu vida has esperado a ese momento concreto, esa milésima de segundo en la que descubres que esa persona nueva en tu vida es también la que ocupa, de repente, gran parte de tu corazón.
Pero al igual que ese cambio te llega en una milésima de segundo, llega también ese brevísimo momento en el que tienes que tomar una decisión trascendental, algo que supondrá un cambio drástico en tu vida. El tiempo pasa y por fin te das cuenta de que las personas somos como las cebollas: estamos llenas de capas. En las más superficiales, solo ves las virtudes, las buenas cosas, los detalles que hacen que te enamores de esa persona. Pero pronto vas viendo aparecer esos defectillos, que al principio consideras insignificantes y/o soportables y llevaderos. Hasta que sigue avanszando el tiempo y es entonces cuando llega la prueba de fuego. ¿Es esa persona como me esperaba? ¿Qué sacrificios y qué estoy dispuesta a dar de mí para que nuestra relación siga adelante y tenga futuro? ¿Realmente merece la pena? ¿Esa persona es (o sería) capaz de darlo todo por mí igual que yo por ella?
Y es ahora cuando descubres que no siempre puedes dejarte llevar por el corazón. Que el querer a una persona no es suficiente para poder estar con ella. Porque puede que si estás con esa persona, a la larga, solo consiga hacerte más daño que el que sientes en este momento. Sí, es doloroso decidir terminar con una persona cuando tu corazón lo que más desea en el mundo es estar todos los minutos de tu tiempo con ella. Pero las relaciones son cosa de dos. Y el día que descubres que no eres tan importante para ella como creías, ya que en su lista de prioridades, ahora que no tiene que luchar por conquistarte, has caído hasta el último puesto… ese mismo día tus deseos y necesidades de que esa persona dé por ti lo mismo que tú por ella, tienen que imponerse. Y serás capaz de juntar todo el valor y el coraje para decidir, serena la mirada y firme la voz, que ya todo definitivamente se acabó.
lunes, 11 de abril de 2011
PARA "MI PEQUE"
viernes, 8 de abril de 2011
LOCURA

viernes, 18 de marzo de 2011
EL MISMO LUGAR DIFERENTE DE SIEMPRE

lunes, 14 de marzo de 2011
¿?
jueves, 10 de marzo de 2011
TODO EN UN INSTANTE
Una ciudad. Una noche. Escena en blanco y negro. Porque el blanco y negro siempre da más sobriedad y mucha más belleza a la imagen. La oscuridad contrasta claramente con las luces y las personas que se encuentran en ella. Un hombre que camina, se detiene ante un escaparate. La ha visto. La chica, detiene su copa en el aire al verlo a él. Y el tiempo se ralentiza. Cada vez, la cámara lenta se vuelve más lenta. Así podemos verlos tanto a él como a ella. Sus gestos, sus expresiones de la cara. El pie de él, que cambia su rumbo para ir al encuentro de ella. La chica que se levanta y se olvida del mundo de tal manera que la copa se cae al mantel, se rompe contra él y su contenido se desparrama por toda la mesa. A su vez, al chico se le cae el maletín. ¿Pero qué importa? Todo les da igual. Nada existe a su alrededor. Nosotros podemos ver el cristal del escaparate, que se rompe encima de la chica cuando ella lo atraviesa para juntarse con él, podemos ver el coche que atropella al chico… pero son solamente ilusiones ópticas nuestras. Porque el mundo conocido no existe en esta realidad alternativa. El único mundo realmente existente son ellos, suspendidos en el tiempo y en el espacio en un lugar donde la gravedad no existe. Solamente están ellos, su conexión, su contacto, sus deseos y necesidades irrefrenables de unirse, de tocarse, de besarse.
Porque hay acontecimientos en la vida que solo necesitan de un instante, de un segundo, para ocurrir… acontecimientos trascendentales que cambian tu vida en una milésima de segundo sin motivo aparente y sin poder medirlo con las unidades de medida tradicionales conocidas en este mundo. Por ello, necesitamos de una hiperrealidad como la construida por estos dos desconocidos para entender y comprender estos cambios que se producen sin que seamos conscientes de ello.
lunes, 21 de febrero de 2011
INSTANTES DE FELICIDAD
martes, 15 de febrero de 2011
SOLAMENTE A VECES
domingo, 9 de enero de 2011
BAILANDO ENTRE TECLAS
miércoles, 5 de enero de 2011
NOCHE ILUMINADA
Pero pronto su soledad se vio interrumpida, molestada por una nueva presencia que durante un milisegundo le molestó. Hasta que llegó ella. La chica pasó junto a él como una exhalación, pero su contacto fue tan próximo que él se impregnó de su fragancia color de fresa. Sí, color. Porque mientras se alejaba, una aureola color rosa la envolvía y la hacía destacar entre todas esas luces de vivos colores que los acompañaban.
Aún no recuerda el motivo y puede que en cualquier otra circunstancia no lo hubiese hecho nunca… pero la llamó. Ella se detuvo, sin girarse, como esperando que él fuese a su encuentro. El chico no dudó en hacerlo y aceleró el paso hasta encontrarse a dos centímetros de distancia de ella; después, se quedó quieto. No sabía lo que hacer ¿Qué paso tocaba ahora? ¿Tocaba alguno? ¿No era mejor irse por donde había venido y olvidar esa…? Aunque estuvieron inmóviles los dos solamente unos cinco segundos, a ellos les pareció una eternidad. Y ella, por fin, giro sobre sí misma y se lanzó a sus brazos, abrazándolo con fuerza y rompiendo a llorar. Él notaba cómo su hombro se iba humedeciendo cada vez más y la sensación le secó la garganta, impidiéndole tragar saliva con normalidad. Nunca se hubiese imaginado una reacción como ésa. Con el pulgar y el índice de su mano derecha, le cogió dulcemente la llorosa carita por la barbilla. Con la otra mano sacó su pañuelo y pacientemente le fue limpiando las lágrimas. Ella le mostró una sonrisa, mezcla de agradecimiento, mezcla de tristeza y mezcla de pena por ese hermoso gesto de cariño que no creía merecer… ¡y mucho menos por parte de él! Y por fin se atrevió a mirarlo a los ojos, puede que también un poco intimada por él, quien aún tenía la mano en su barbilla y le obligó a alzar la cabeza. No necesitaban palabras. Todo lo que se tenían que decir se lo dijeron con esa mirada. Y atraídos por ese mágico momento, se besaron.
Y decidieron compartir sus soledades, caminando por las calles que ya no parecían desiertas. Se tenían el uno al otro. No necesitaban más compañía.
domingo, 2 de enero de 2011
EL MATE: "SENTITE" ARGENTINO
El mate: “sentite” Argentino

¿Viste? En todos los países siempre hay algo tópico típico que caracteriza a cada uno de ellos: los toros, las sevillanas y la paella, para España; las salchichas y la cerveza alemanas; la pasta italiana… y ¿Argentina? Porque los tangos son de Buenos Aires… y los gauchos son campesinos de determinadas regiones tanto de Argentina como de Uruguay, Brasil y Chile. Entonces, ¿cuál es el elemento común que une a todo este maravilloso y “relindo” país? El mate. Una infusión parecida al té pero mucho más fuerte y amarga. Bebida que, a pesar de sus propiedades estimulantes como en el caso del té y del café, es apta “para los gordos, para los flacos, para los altos, para los bajos, para los que ríen, para los optimistas, para los pesimistas, para los que juegan, (…), PARA NOSOTROS… PARA TODOS”. (Mira por donde, incluso he citado uno de los anuncios clásicos más importantes de los últimos años que, como la mayoría de ellos, está hecho en Argentina). Por muchos lugares a los que vayas, NUNCA podrás encontrar a un argentino que no le guste el mate, que no lo beba a diario. Porque el mate no es una forma de vivir: es una forma de ser y de sentir. Es una forma de vida. Tomar mate es para ellos como una especie de ceremonia, que hacen con familia y con amigos. El recipiente va pasando de mano en mano, uno por uno, para que todos compartan. En los establecimientos te venden agua caliente para que puedas rellenar tu termo y hacerte un mate en cualquier momento del día a cualquier hora del día. Nunca sabes cuándo vas a tener la necesidad de tomarlo. Porque para las cuestiones más importantes de tu vida, para tomar una decisión o hacer una reflexión… la mejor solución es echar unas hojas de yerba mate en tu recipiente de calabaza con agua hirviendo y succionar el contenido a través de la bombilla. Esto es algo primordial: ningún argentino recordará con exactitud cuándo fue ese día en el que necesito hacerse un mate y encerrarse con él para tomarlo en soledad… pero lo que está claro es que ocurrió porque ése era uno de los momentos más trascendentales de su vida… la llegada a su madurez.